El 19 de enero, en el auditorio de la Normal Superior Nuestra Señora de la Candelaria, en Marquetalia, se hizo la presentación del libro ... Y BENDIJO DIOS LA VILLA DEL SOL. VIDA Y OBRA DEL PBRO. ANTONIO MARÍA HINCAPIÉ SOTO, del Académico Ángel María Ocampo Cardona.
PRESENTACIÓN
El escritor Ángel María Ocampo
Cardona entrega a la comunidad una nueva obra sobre su patria chica,
Marquetalia y sobre la región caldense. Aunque aparentemente se trata del
esbozo biográfico del sacerdote Antonio María Hincapié Soto, en realizad hizo
un juicioso estudio sobre La violencia política en el departamento de Caldas y
acerca del período más cruel del enfrentamiento entre liberales y
conservadores.
El personaje central de la obra
es el presbítero Antonio María Hincapié, el Profeta Mayor de Marquetalia, uno
de los prohombres que tuvieron que convertir el púlpito en tribuna política
para proteger a los feligreses. El autor le sigue la pista al Padre Antonio
María, desde su nacimiento en Sonsón hasta la llegada al corregimiento de San
Bartolomé en el municipio de Pácora; analiza su familia, la infancia, la
formación religiosa, su ordenación y la celebración de la primera misa en San
Bartolomé, donde transcurrió su niñez.
En varios parágrafos, apartes y
pequeños capítulos se presenta la situación económica, política, social y
religiosa del municipio de Marquetalia en el contexto regional. Se hace énfasis
en el difícil ambiente político, en las contradicciones ideológicas y en el
marco de la violencia política: la división entre alzatistas y laureanistas.
Sobre esta parte el autor da muchas pistas para entender las causas de la
violencia en el departamento, durante ese período, y ayuda a dilucidar el papel
del caudillo Gilberto Alzate Avendaño, como uno de los promotores de la
violencia política, en la región y en el país.
Este fue el ambiente que encontró
el carismático sacerdote cuando llegó a Marquetalia; estudió su historia,
costumbres y tradiciones, analizó la situación social, económica, política y
cultural, dialogó con los habitantes de la zona urbana y rural, utilizó el
confesionario y se empapó de la realidad. En este punto empezó su obra
pacificadora.
El Padre Hincapié era muy
especial: de conversación agradable, dispuesto para el diálogo, sabía escuchar,
se relacionaba con todas las personas sin importar la condición social, y era
capaz de dirimir cualquier tipo de pleito, pues tenía decisión y carácter;
aguerrido y batallador. Por estos aspectos se dice que cuando llegó a
Marquetalia, en 1957, dividió en dos la historia de la parroquia.
El sacerdote supo aprovechar el
púlpito para llegar a los feligreses, les vendió un discurso pacifista y al
mismo tiempo empezó una campaña contra los líderes y caudillos que desataban el
odio contra los liberales o contra las personas de ideología política
contraria. Señaló con sus propios nombres a los responsables de acciones
violentas y alertó a la comunidad por la llegada de bandas armadas de otras
regiones.
E n la obra se analiza muy bien
el accionar de los llamados “pájaros”, grupos armados al servicio de los
conservadores y de los “chusmeros” del Partido Liberal. En este ambiente se examinan
las consecuencias de la muerte del caudillo Gilberto Alzate Avendaño, en
noviembre de 1960, y el tradicional enfrentamiento entre laureanistas y alzatistas,
que eran los mayores generadores de violencia en la región.
La muerte de Alzate le permite al
autor plantear una hipótesis: en el clima de anarquía que reinó durante estos
años de violencia política, la Iglesia aparece como la única institución con autoridad,
capaz de mantener el equilibrio y la cohesión. Cuando desapareció el caudillo
conservador se inició el verdadero liderazgo cívico del Padre Hincapié, quien
llenó el vacío de poder dejado por Alzate Avendaño.
A partir de este período empezó
otra etapa de violencia, más cruel, por la llegada de bandas criminales del
norte del Tolima; se destacan los siguientes jefes: Desquite, Sangrenegra,
Chispas, Zarpazo, Tarzán, Pedro Brincos y otros, quienes azotaron la zona rural
de Marquetalia. Esta etapa tiene un momento de recrudecimiento de la violencia
política con la “matanza de la Italia”, entre Marquetalia y Victoria, el 5 de
agosto de 1963, cuando varios integrantes de la cuadrilla dirigida por Desquite
asesinaron a 39 personas. El autor muestra la actividad del Padre Hincapié
luchando por pacificar la zona y da luces para un estudio monográfico de la
violencia política en el municipio y en el departamento.
Pero el accionar del sacerdote no
se reduce a la gigantesca obra de la pacificación del territorio; estuvo
presente en la fundación del Instituto Juan XXIII, de la Normal Superior
Nuestra Señora de La Candelaria y del Colegio Oficial Mixto Santa Elena, de
Marquetalia. El autor recoge la incansable actividad del Padre dirigiendo a su
comunidad para organizar festivales, fiestas parroquiales, banquetes y rifas,
para recoger dinero y construir las instituciones educativas. También participó
en la organización de fundaciones de ayuda a las familias menos favorecidas y
al sostenimiento del Centro Geriátrico. Fue educador y como tal se desempeñó
como rector y docente.
De este modo el escritor Ángel
María Ocampo ofrece un homenaje al Profeta Mayor de Marquetalia y a su patria
chica.
ALBEIRO VALENCIA LLANO
Historiador
Intervención del Académico Ángel María Ocampo Cardona