EL PENSADOR OTTO MORALES BENÍTEZ
Por: Albeiro Valencia Llano
Este gran humanista de dimensión
continental falleció el 23 de mayo a la edad de 94 años, en su hermosa casona
del barrio El Refugio, en Bogotá. Es uno de los gestores de la Academia
Caldense de Historia, y su Presidente Honorario.
Nació en Riosucio el 7 de agosto
de 1920 y estudió en la escuela pública, por eso no entendía de élites, ni de
castas, ni de privilegios; en 1933 ingresó al colegio oficial de varones para
iniciar sus estudios de educación secundaria; y luego, los continuó en Popayán,
porque Riosucio había pertenecido al Estado Soberano del Cauca y la capital
seguía siendo el centro político y cultural. A la edad de 19 años ingresó a la
Universidad Pontificia Bolivariana, a la Facultad de Derecho. Al mismo tiempo
lo nombraron profesor de literatura colombiana, española y universal; de este
modo se fue preparando para colaborar en los periódicos. Hubo un hecho que
orientó su vida; el doctor Fernando Gómez Martínez, quien era su profesor de
Derecho Constitucional, le encargó, en compañía de Miguel Arbeláez Sarmiento,
la dirección del suplemento Generación, de El Colombiano. El joven Otto aceptó
el reto y se lanzó a su primera gran aventura como ensayista dirigiendo estas
páginas culturales.
El ingreso a la política
Al concluir los estudios
universitarios se radicó en Manizales donde vivían sus padres; abrió oficina de
abogado y se dedicó a escribir para varios periódicos de Medellín, Bogotá y
Manizales. Pero el 15 de enero de 1945 lo nombraron Secretario de Gobierno,
honor que declinó pues su padre le había dicho que al hombre no le daban sino
tres enfermedades mortales: el juego, la minería y la empleomanía. Sin embargo
el 30 de enero del mismo año lo nombraron Jefe Departamental de Debate, del
Partido Liberal, con la tarea de unir al partido para las elecciones; en
consecuencia recorrió todos los municipios del departamento, se reunió con los
líderes de nivel medio, organizaron las elecciones y, en marzo de 1946, fue
elegido diputado a la Asamblea. Desde esta tribuna promovió la fundación de la
Universidad Popular de Caldas. Por estos días se casó con su prima Livia
Benítez Jiménez.
Luego siguió un período de crisis
nacional; brotes de violencia política en casi todo el país, como consecuencia
de la tímida reforma agraria de Alfonso López Pumarejo, en su primera
administración; en este difícil ambiente Otto Morales ejercía como Presidente
del Directorio Liberal de Caldas. Para esta época ya era conocido en el país
como ensayista, orador y escritor; en una difícil campaña política, en marzo de
1947, llegó a la Cámara de Representantes y fue bautizado con el nombre de “el
Benjamín de la Cámara”. Como Presidente del Directorio Liberal le tocó vivir
toda la violencia que padeció el departamento a raíz del asesinato de Jorge
Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948; finalizando el año 1949 se radicó en
Bogotá, por su trabajo en el Congreso y por la dimensión nacional de su figura
como intelectual y como político. Le correspondió padecer el recrudecimiento de
la violencia durante los gobiernos de Ospina Pérez, Laureano Gómez y la
dictadura militar. En esta difícil etapa Alberto Lleras fue nombrado jefe del
liberalismo, en 1956, y lo nombró Secretario General, cuando el odio entre los
dos partidos tradicionales era más agudo y la violencia producía asesinatos en
todo el territorio nacional.
Sus compromisos con el país y con el continente
Después de la dictadura de Rojas
Pinilla, en el gobierno de la Junta Militar y en los inicios del Frente
Nacional, se vinculó a la Comisión Investigadora de las Causas de la violencia
(años después, en 1982, el presidente Belisario Betancur lo nombró presidente
de la Comisión de Paz). El 8 de abril de 1959, el presidente Alberto Lleras lo
llevó al Ministerio del Trabajo y el 9
de noviembre de 1960 al de Agricultura, con la tarea de impulsar la Reforma
Agraria. Se retiró del ministerio, y el 12 de marzo de 1962 fue elegido
Senador.
Por esta época inició el
recorrido por el continente americano debido a compromisos con universidades y
por la relación con líderes e intelectuales, para estudiar las ideas que
inquietaban a Indoamérica. De este modo se convirtió en un personaje dedicado a
analizar los problemas del continente, especialmente la historia, la filosofía,
la cultura y la literatura. Tomó la bandera de la identidad mestiza como
filosofía del pueblo americano y dio al mestizo un nuevo contenido porque su
problema es el desprecio a su tradición, pues nuestra riqueza cultural fue
ocultada, suplantada y destruida.
Por su constante y tesonero
trabajo, durante muchos años, Otto Morales se convirtió en “fuerza de acción”,
en uno de los escritores e ideólogos que más reflexionó sobre la situación de
Colombia y de América. Esto está plasmado en los 144 libros publicados y en
centenares de prólogos de libros, de ensayos para revistas especializadas y en
artículos para periódicos, lo que permite entender su papel en la historia del
país de los últimos 70 años.