JAIME JARAMILLO URIBE
Jaime Jaramillo Uribe falleció en la mañana del 25
de octubre. Su vida fue una continua búsqueda por formalizar el estudio de la
historia y revolucionó la investigación en este campo en Colombia.
“Por
historia, yo entiendo la reconstrucción sistemática del pasado o de una
comunidad, un pueblo o una nación. Por ejemplo, en el caso nuestro, entiendo
por historia de Colombia la reconstrucción de la vida social, política y
económica del país en términos muy genéricos y amplios, desde sus orígenes,
pasando por sus diferentes etapas más o menos significativas (…) Ahora, la
historia total es la reconstrucción de esas diferentes etapas, no como etapas
aisladas, sino como etapas de un proceso, en tanto hay conexión y relaciones
entre unas etapas y otras”.
Así definió
la historia Jaime Jaramillo Uribe en una entrevista concedida al
profesor Franz Hensel en 2003. Jaramillo Uribe, uno de los académicos más
importantes del país, fundó el Departamento de Historia de la Universidad
Nacional de Colombia y el Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura
en 1962. Su carrera fue una constante indagación acerca de la historia de las
ideas en Colombia y la formalización de la historia como una práctica académica
de prestigio.
Jaramillo
Uribe nació en Abejorral, en 1917, pero cuenta
el profesor de la Universidad Nacional Bernardo Tovar Zambrano que
desde muy pronto se fue a vivir a Pereira, donde estudió la primaria y parte
del bachillerato. En 1936 viajó a Bogotá para terminar el colegio y saciar sus
dudas intelectuales. Estudió en la Escuela Normal Central, primero, y más tarde
ingresó a la Escuela Normal Superior, donde se hizo profesor tan pronto se
graduó en 1941.
Cuenta Tovar
Zambrano que, a pesar de haber pensado en la medicina o el derecho, Jaramillo
Uribe se quedó con la pedagogía porque le ofrecía la posibilidad de trabajar y
simultáneamente continuar con su formación académica.
Una de sus
primeras cátedras fue la de sociología, cuando ésta todavía no se estudiaba
como una disciplina independiente, sino como una historia de las ideas. Pronto
su vocación se orientó hacia esa búsqueda y, con los años, lo llevó a uno de
sus libros más importantes: El pensamiento colombiano en el siglo
XIX, publicado en 1962.
Jaramillo
Uribe estudió en la Sorbona y en la Escuela de Ciencia Política de París. Asistió a cátedras sobre la historia de las
ideas políticas, historia de Francia y Alemania, además de algunos cursos sobre
sociología política. A su regreso en 1948 se integró a la Universidad
Nacional y empezó a tomar forma el camino para el que se había preparado durante
toda su carrera.
La formación
de Jaramillo Uribe lo orientó hacia la necesidad de crear una carrera que no
existía en Colombia. Él era licenciado en Ciencias Sociales y Económicas y sus
estudios en Francia siguieron por ese camino. Cuando se integró a la
Universidad Nacional, en 1952, Jaramillo empezó a dictar Historia Universal en
la Facultad de Filosofía y Letras.
“En el sector de Ciencias Sociales hubo varias cátedras de historia,
sociología, economía e historia universal. Pero no había el propósito de formar
historiadores específicamente, de hacer de la historia una carrera. Eso solo se
produce cuando en la Universidad Nacional, en 1960, se crea un Departamento de
Historia”, le contó
Jaramillo Uribe a Hensel.
A mediados
de la década de 1970 se creó la Licenciatura en Historia y, con ella, los
primeros historiadores profesionales del país. Jaramillo Uribe estuvo presente
en todo ese proceso. Paralelo al cual escribió el libro sobre las ideas
políticas en el siglo XIX en Colombia y la historia de Pereira. Según le contó
a Hensel, parte de ese primer grupo de historiadores de la década de los
sesenta estuvo integrado por Germán Colmenares, Jorge Orlando Melo, Hermes
Tovar, Jorge Palacio Preciado, Carmen Ortega y Germán Rubiano, entre otros.
En otras
palabras, Jaramillo Uribe vio nacer y crecer la historia como disciplina en
Colombia. En un medio en el que predominó la historia política y económica, el
fundador de la nueva historia se enfocó en el estudio de las ideas políticas y,
más adelante en la historia de la cultura.
La nueva
historia
Franz
Hensel, profesor de planta de la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad
del Rosario, cuenta que su reunión con Jaime Jaramillo Uribe en 2003 fue una de
las más valiosas en su carrera.
“Cuando yo
entré a su oficina en la Universidad de los Andes sentí que hacía falta algo.
Claro, no había computador, hasta su último libro lo escribió con máquina de
escribir. Me recibió con pipa y máquina de escribir”, recuerda.
Pero más
allá de su personalidad enigmática, Jaramillo Uribe será recordado por toda una
generación por ser la persona que le dio un giro a esta disciplina en Colombia.
Hensel aclara que la forma en que
se hace la historia cambia de acuerdo a cada época y contexto: “En la segunda mitad del siglo
XIX hubo un movimiento muy fuerte alrededor de las fuentes. Se esperaba que el
historiador reconstruyera las cosas tal cual habían ocurrido. Más adelante la
historia se enfocó en la patria, en la búsqueda de una especie de biografía de
la nación y la exaltación de los héroes. Pero la forma de ver la historia de Jaramillo Uribe y su generación se
centró en entenderla alrededor de unos problemas específicos”.
En otras
palabras, Jaramillo Uribe contribuyó a la construcción de una historia más
científica. Una disciplina que empezó a plantearse preguntas, problemas
específicos, en contraposición a la idea de la historia como una narración de
sucesos. Además, cuenta Hensel que en línea con este enfoque se empezó a
concebír la profesión desligada de la historia partidista.
Y sin
embargo, para el profesor, esa es solo una de las razones por las cuales Jaime
Jaramillo Uribe fue tan importante para la Historia en Colombia:
“Él se
destacó en muchos escenarios. Primero por su producción académica. Su
investigación sobre las ideas políticas, plasmada en El pensamiento
colombiano en el siglo XIX, es única y nadie ha vuelto a hacer algo
parecido. Además Jaramillo empezó a interactuar con colegas internacionales en
Francia y Alemania, lo cual le dio relevancia al trabajo que se estaba haciendo
aquí. Y entre muchas otras cosas, él fue clave a nivel institucional por su
gestión académica, la creación del Departamento de Historia y el Anuario
Colombiano de Historia Social y de la Cultura”.
Su último
libro fue publicado en 2010. Memorias intelectuales, que también
escribió a máquina, es un recuento de cómo él contribuyó a reconstruir la
Historia, así en mayúscula, de Colombia.