Fabio Vélez Correa
Licenciado en Filosofía y Letras
RESUMEN
Se relatan los procesos educativos generados en el
pueblo y sus veredas, con métodos elementales desarrollados en sus escuelas
Magdalena Ortega (de niñas), Baltasar Álvarez Restrepo (de niños) y el Colegio
María Inmaculada.
Y se enfatiza en la modernización del proceso
pedagógico actual y lo que la educación ha representado para el desarrollo
creciente del municipio.
El
Padre Joaquín Salazar, Inspector Local de Educación; Helí Pineda, director de
la Escuela “La Salle”, y Fabio Vélez Correa, profesor del Colegio de Varones
“San Joaquín”, entre otros maestros (Foto de Moisés Gallo, 1968).
ENTRE PLUMAS, TINTA, PIZARRAS,
TIZAS Y TABLEROS
LA EDUCACIÓN EN LAS PRIMERAS
DÉCADAS DEL SIGLO XX
Luego
de la guerra civil de los Mil Días (1899-1902), Colombia quedó casi destruida,
se desmanteló la infraestructura de transporte y fueron devastados los
principales cultivos agrícolas. “Respecto
a la educación, muchas de las escuelas, sus enseres y libros de texto fueron
destruidos y un gran número de alumnos que asistían a ella tuvieron que
abandonarla”, así fue informado por el Ministro de Instrucción Pública al
Congreso en 1904 (Memorias del Ministro de Instrucción Pública al Congreso,
1904).
Después
de la guerra, se llevó a cabo una política de reconstrucción económica y se
emitieron una serie de leyes con el objeto de regular y organizar la
administración pública en el país. Dentro de esas leyes se encuentra la número
39 de 1903, reglamentada por el decreto 491 de 1904, referente la educación, la
cual dividió la enseñanza oficial en primaria, secundaria, industrial,
profesional y artística. La Ley estipuló que la educación pública en el país
debía estar regida por los cánones de la religión católica y que la educación primaria debería ser gratuita pero
no obligatoria (Ramírez G., María Teresa y Téllez C., Juana Patricia. La educación primaria y secundaria en
Colombia en el siglo XX, pág. 5).
Ahora
bien, como el Gobierno nacional no estaba dispuesto a echarse toda la carga
económica del costo de la educación a sus espaldas, se les encargó a los
departamentos la financiación, el pago de maestros, la dirección, la protección
y la supervisión de la educación primaria. A los municipios se les ordenó
suministrar los locales y enseres para el funcionamiento de las escuelas
urbanas y rurales, siendo los Concejos municipales los encargados de apropiar
los recursos necesarios para suplir dichos requerimientos; y la Nación se hizo
cargo de la función de inspeccionar y proporcionar los útiles y textos a todas
las escuelas primarias del país. En general, la educación primaria debería
estar orientada a preparar a los alumnos para la agricultura, la industria fabril
y el comercio (Ramírez G. y Téllez C.).
Las
escuelas primarias se dividieron en urbanas, rurales y nocturnas, cada una de
ellas era regida por diferentes normas. Por ejemplo, la escuela urbana constaba
de seis años de enseñanza, los dos primeros llamados elementales, los dos
siguientes escuela media y los últimos años escuela superior, mientras que la
escuela rural solo constaba de tres años de instrucción primaria y era
alternada según género.
Fue
por esta época que se firmaron la Resolución 23 de 1911, por medio de la cual
se prohibía el uso de de la férula y de cualquier otro castigo físico en las
escuelas de la República; la Ley 114 de 1913 a través de la cual se crearon las
pensiones y jubilaciones de los maestros de escuela y la ley 56 de 1927 que
convierte en obligatoria la educación primaria en el país.
Lo
curioso de lo anterior, es que el castigo físico siguió presente en la
educación casi hasta mediados del siglo XX y era aceptado por los padres de
familia como un medio de asentar y moderar las costumbres de los hijos
descarriados. No era extraño que en muchas ocasiones, luego del castigo del
maestro, el niño recibiera en casa una nueva “tunda” como confirmación del
castigo recibido en la escuela.
Ovidio
Rincón, el Poeta de la Aldea quien vivió su infancia y primeros años escolares
en San Joaquín, el pueblo naciente de pocas calles y escasas casas, en una de
sus columnas, hace una remembranza de su vida escolar donde alude a esos seis
años de la primaria y escribió al respecto:
“En aquellos tiempos, la
escuela pública era de seis años. Hice cuatro años en mi pueblo, el quinto en
Anserma. Las escuelas eran pocas (estoy hablando de las primeras décadas del
siglo, nací en el 15); el sexto lo hice en Riosucio. Como puedes darte cuenta,
desde muy niño fui hombre de a caballo, niño de a caballo, recorriendo largas
distancias en aquel tiempo. Vivía en hogares distintos, no siempre gratos, de
modo que hay una crisis sentimental en mi estudio escolar...”
(Fabio Vélez Correa, Ovidio Rincón Peláez.
El Poeta de la Aldea, 2015, pág. 42).
Y
en otro “Rincón”, complementa lo relacionado con su asistencia a la escuela de
la aldea y cómo se daba en ese entonces:
“Ir entre la niebla por la
calle y por la Infancia hacía la escuela, con los cuadernos escolares ajados,
era algo maravilloso y sombrío. En la cabeza menuda y despeinada se organizaban
las cifras, de la división, el nombre de los ríos. Ya habíamos pintado largos
bigotes, en la cara de los héroes; habíamos puesto un rojo rabioso en los
caminos de los mapas, y derramado un azul intenso, que olía a madera, en las
costas desconocidas. Al extremo de la calle se encontraban la escuela y sus
sorpresas increíbles. Un pájaro en el bolsillo, el trompo; la nueva bola de
cristal; un pedazo de caña de azúcar. Y las palabras ceceantes
del español* que nos decía de un mundo
desconocido y de ciencias atroces” (Vélez
Correa, Ovidio Rincón Peláez... pág.
33).
Influencia de la Iglesia en la
educación
Como
a comienzos del siglo XX Colombia aún tenía en vigencia el Concordato con la
Santa Sede de fomentar la enseñanza de la religión católica, uno de los
principios fundamentales que se promovió en la educación, fue el de incrementar
la práctica de las virtudes cristianas, llevando el sentimiento moral en los
niños hasta el temor a Dios, una constante que se manejó desde la época
colonial.
Lo anterior llevó a que se buscara evitar que niños y
niñas estuvieran juntos en una escuela, lo que podía llevar fácilmente al
pecado, “la tentación a que podrían ser
objeto si dos personas del sexo opuesto tuvieran algún acercamiento o roce”
(Luis Ernesto Henao Buitrago, “Tinta en el tintero”… pág. 209).
En
las instituciones elementales se enseñaba a niños o a niñas lo más básico, pero
en locales separados, localizados en las cabeceras municipales. Hasta bien
entrado el siglo XX los docentes tenían el deber legal y moral de prohibir la
presencia de un estudiante del sexo opuesto, aún por los alrededores de la
institución.
Esa
enseñanza religiosa tuvo sus aspectos positivos y negativos, fomentó las sanas
costumbres, según los cánones de la época, pero a la vez, generó situaciones
problemáticas en personas que exageraron en el manejo religioso de sus vidas,
llegando a fanatismos que motivaron situaciones de violencia, incomprensión e
insolidaridad, con vecinos que no practicaban su credo católico.
Del modelo pedagógico
Los
parámetros educativos de la época se basaron en reproducir la estructura social
tradicional, evitando en lo posible algún cambio o alteración que pusiera en
peligro la estabilidad de las fuerzas dominantes. El pensar o desarrollar
creatividad, podría ser un ejercicio bastante riesgoso y aunque en un sector de
la dirigencia ya se intentaba desarrollar el pensamiento, en la práctica, la
escuela seguía siendo la transmisora de los saberes específicos y las
valoraciones aceptadas por la misma sociedad. Igual, los administrativos, el
mismo docente y en general la sociedad había sido producto del mismo sistema
que ahora tenía como misión hacerlo reproducir (Henao Buitrago, pág. 212).
Fue todo un sistema que actuó bajo unas condiciones
preestablecidas socialmente y a las cuales se les encomendaba la gran misión de
reproducir. Cada elemento curricular del proceso debía apuntar necesariamente
al modelo imperante. En términos generales, era una enseñanza que no motivaba
la especulación, la confrontación de ideas y,
mucho menos, el salirse de los cánones establecidos. Por ello, no fue
extraño que en la mayoría de los casos, en el plano individual, lo único que
interesaba era aprender a escribir, a medio leer, las operaciones básicas… ¡Y
no más!
Lo
anterior porque la idea general que primaba en los adultos, era que a los niños
les bastaba con aprender “siquiera a firmarse”, pues les esperaba desde la
primera niñez ser productivos a través
del “trabajo material”. Amén que a las mujeres se les decía: “para qué va a la escuela si lo que tiene
que aprender es lo de hacer en la casa, para que cuando se case atienda a su
marido” (Helí Pineda – Javier López, Nos vamos a fundar un pueblo.
Marsella, pág. 183).
Y en las políticas oficiales se buscaba, en el caso de
los varones, adentrarlos en las labores campesinas o artesanales del área
urbana y a las niñas, en las domésticas que hicieran de ellas las madres y
esposas que mantuvieran vigente el statu quo de la sociedad.
Método de enseñanza
Los
métodos de enseñanza de las primeras décadas del siglo XX eran sencillos,
elementales y en nada pedagógicos, porque la mayoría de los maestros eran
empíricos pues se carecía de normales que enseñaran el oficio de la educación.
Por ello, su preparación era precaria, según cifras tomadas de las Memorias del
Ministro de Instrucción Pública:
“El número de maestros sin grado
llegaba al 79%, en 1922 esta cifra fue del 73%, y para 1928 fue de 72%. De otra
parte, los sueldos de los maestros eran muy bajos, lo que ocasionaba que muchos
de ellos abandonaran el magisterio y se dedicaran a labores mejores
remuneradas; además, las diferencias entre la zona rural y la urbana eran
enormes. De acuerdo con Helg (2001), mientras que un maestro en las zonas
urbanas ganaban $45 mensuales, un maestro en la zona rural ganaba $30
mensuales; el 90% de los maestros rurales eran mujeres, de las cuales el 74%
eran solteras, y el 90% no tenía ninguna formación pedagógica” (Memoria del Ministro de
Instrucción Pública, 1916, 1923).
Por esa época era normal que las personas que ejercían
de maestras, enseñaran lo que habían aprendido, es decir, se era maestro si se
sabía leer y escribir, si se había cursado primero, segundo o quinto de
primaria; y en casos excepcionales, algunos grados de bachillerato.
Las clases eran de exposición oral y escrita en las
pizarras de color negro, cuadriculadas por un lado y lisas por el otro, con
marco de madera y la inscripción: “Ministerio de Educación de la República de
Colombia” y tableros
de la época; al hacerse de manera reiterada y severa se garantizaba el
‘aprendizaje’. Recordemos que la función del maestro era la de transmitir el
saber, al tiempo que el alumno debía cumplir el papel de receptor. Tanto el
maestro como el alumno eran considerados elementos pasivos dentro del proceso;
el primero, un reproductor de saberes elaborados fuera del aula; el segundo, un
reproductor de saberes transmitidos en la escuela.
Dicho así, el aprendizaje era efectivo en la medida
que este reposara en la atención y la repetición o reiteración; y para
lograrlo, el buen maestro debía repetir y hacer repetir en tanto que el alumno
definiría su papel en atender y corregir.
Por otra parte, la disciplina creaba el ambiente
necesario para el aprendizaje. De allí su importancia de procurarla. El temor y
la amedrentación fueron la fórmula más efectiva de garantizarla. El método
Lancasteriano, cuyos lemas más conocidos fueron “la letra con sangre entra y la labor con dolor”, marcaron un
estilo de enseñanza. Desde luego los azotes, los golpes con regla en
la palma de la mano abierta, pellizcos, barrer, limpiar baños, quedarse
arrestado en el recreo o después de terminada la jornada escolar, etc., fueron
durante mucho tiempo los instrumentos más utilizados para evitar la repetición
de las faltas. Sus consecuencias dejaron huellas en muchas generaciones (Henao
Buitrago, pág. 213).
Por
entonces, fue famoso el texto “La Escuela”, publicado en la cartilla La Alegría de Leer del Grado Tercero, el
cual se ilustraba con la figura de un niño que llevaba puesto un gorro que
decía “burro” y en sus pies, el letrero entre comillas “la letra con sangre entra”, lo cual se podía complementar con el
de “castigo de dolor”, que era común
y aceptado por la sociedad.
Ayudas educativas
Las
ayudas educativas entre 1850-1940, fueron muy escasas por no decir
inexistentes. Su empleo en los procesos de aprendizaje empezó a tener
importancia a mediados del siglo XX. Y ello porque al ser el aprendizaje
repetitivo era lógico que no se requiriera material de apoyo, sólo para el
grado primero, en la enseñanza de las matemáticas se empleó el ábaco y semillas
para las operaciones simples, suma y resta.
Es fácil imaginar entonces, los materiales en un aula
de clase a principios del siglo pasado: Bancas, mesas, tizas, pizarras, plumas,
encabadores, tinteros, escobas detrás de las puertas, muchos cuadros religiosos
y de héroes patrios fijados en las paredes y un sinnúmero de cartillas de cada
área.
A continuación, veamos el informe de materiales de trabajo para uso de los estudiantes, recibidos
de parte de la Inspección de Policía y entregados mediante inventario, en 1913,
a la Escuela de Niñas de San Joaquín:
“Recibí
del Señor Inspector de Policía, para la Escuela de Niñas, en
el mes de Agosto de 1913:
25
Pizarras grandes.
50
Cuadernos para la Escritura.
69
Plumas para escribir.
25
Lápices de pizarra.
73
Encabadores.
1
Cajón de Tiza.
25
Cartillas por César Baquero Nº 1.
1
Revista de la Instrucción Pública
de Colombia, por Rafael M. Mesa Ortiz.
2
Informes del Director General de
Instrucción Pública.
2
Paquetes de tinta.
San
Joaquín, Agosto 4 de 1913”
La Directora, Mercedes
Aristizábal”
(Archivo Municipal de Risaralda).
La
señorita Mercedes Aristizábal, quien firma como Directora de la escuela de
Niñas, en el inventario anterior, fue nombrada para ese cargo precisamente en
el año de 1913, según oficio que adjunto a continuación:
“R. de Colombia
D. de Caldas
Inspección Provincial de I.P.
Anserma, Abril 12 de 1913
Señor Inspector de Policía San
Joaquín.
Por resolución de esta fecha ha sido
nombrada Directora de la Escuela de esa en reemplazo de la Sra. Dolores
Manrique de R., la Srita. Mercedes Aristizábal. Le suplico que en compañía del
Señor Inspector de la Escuela presencie la entrega que ha de hacer la maestra
saliente a la Srita Aristizábal.
Espero Ud. le dará su valioso apoyo
a la nombrada.
De Ud. S.S. y amigo, Manuel J. Lobo”
(Archivo Municipal
de Risaralda).
Evaluaciones o
Exámenes
Como
los exámenes no eran formativos, en nada contribuían a mejorar los procesos de
aprendizaje; normalmente el interés que se tenía, por parte de los estudiantes,
era pasar la materia sin importar si era con un tres o un cinco . Lo único importante era ganar el año, así
para el maestro fuera más trascendental que el escolar almacenara más y más
conocimientos.
Esta práctica tradicional en la evaluación, se conservó
casi intacta hasta bien entrada la segunda mitad del siglo pasado. El número
siempre fue un indicativo muy importante. El conocimiento se medía por la
cantidad almacenada. “¿Cuánto sé?”... era la pregunta clave.
Asimismo, por el temor que la evaluación encerraba, se
convirtió también en una herramienta efectiva de control disciplinario,
generaba tensión, pánico, a tal punto de convertirse junto al castigo, en causa
notoria de deserción escolar. Y es que esta práctica, era incluso permitida
desde la misma norma. Así lo expresó el Distrito Federal de Cundinamarca en el
decreto Nº 24 de 1886, artículo 25, que desde luego debía estar enmarcado en la
legislación nacional de instrucción pública:
“Atendiendo a la gravedad de las
faltas cometidas por los alumnos, los castigos se aplicarán en este orden:
amonestación privada, amonestación en público, privación de recreo, tarea
extraordinaria, aislamiento hasta por tres días, pena de dolor de acuerdo con
el inspector local, y expulsión de
acuerdo con la Dirección de Instrucción Pública” (Decreto Nº 24 de 1886, Diario Oficial, Bogotá, domingo
20 de Junio de 1886).
A finales del siglo XIX e inicios del siguiente,
además de las evaluaciones que el maestro hacía de manera permanente en el
aula, el estudiante era sometido a evaluaciones semanales por parte de
visitadores, quienes preguntaban a varios estudiantes escogidos al azar la
lección de rutina. Ya puede uno imaginarse el tipo de castigo al que era
sometido el estudiante que por temor o falta de memoria, dejaba mal posicionado
al docente de aula; pero además, estos debían someterse a una prueba todavía de
mayor degradación, el examen final, en el cual el estudiante era sometido a una
presión social terrible, tanto que muchos prefería huir a no tener que someterse
a semejante escarnio público (Henao Buitrago, pág. 215).
Exámenes finales
Como
complemento de las evaluaciones o exámenes realizados a lo largo del año, a
finales del mes de noviembre, en un acto público oficial se realizaban los
exámenes finales, que solían definir la aprobación o pérdida del año escolar.
Para ello se nombraban las Juntas Calificadoras, que convocaba los sectores más
representativos de la comunidad; no podían faltar el alcalde, el párroco, el
personero, representantes de la policía, los mismos padres de familia e incluso
podían asistir representantes de otras comunidades vecinas.
El alumno debía demostrar sus “dotes de buen estudiante” respondiendo ante los presentes una
serie de preguntas que la Junta Calificadora a bien consideraba hacer, la misma
determinaba si el alumno debía ser o no promovido.
En San Joaquín empezaron a nombrarse estas juntas
desde 1912, cuando apenas era un corregimiento de Anserma, y se encuentran
archivos de nombramiento de las mismas hasta 1919. Veamos algunos ejemplos de
estos nombramientos:
·
El
20 de noviembre de 1912, el Inspector, Pedro Rodríguez nombró a Luis C. García,
Avelino Yépez, Francisco Patiño, José Dolores Marín, Juan Bautista Uribe y
Tomás de J. Garcés, Calificadores de las Escuelas, los dos primeros de esta
cabecera, los segundos, de la de El Guamo y los últimos de Santana.
·
El
19 de noviembre de 1913, el Inspector, Luis Quintero nombró a Rafael Araujo,
Alberto Gutiérrez, José D. Marín, Eusebio González, Adolfo Hernández, Pedro
Rodríguez, Federico Ospina, Alfonso Ruiz, Braulio Ruiz, Fabriciano Rincón y
Francisco Patiño, para la cabecera los seis primeros y para Santana los
últimos.
·
El
10 de noviembre de 1916 el Inspector, Pedro J. Giraldo O., nombró a los
Señores, Gregorio Ramírez, Rafael Arango B., Pedro Rodríguez, Aristóbulo
Vallejo, José Jesús Henao, Jesús Betancur, Francisco Suárez, Manuel Valencia,
Avelino Yépez, Luis Ato. Orozco, Alfonso Ruiz, Eliseo Piedrahita, Juan Bta.
Uribe, Gilberto Picón, Jesús Ma. Restrepo. Marco Salazar, Adolfo Hernández y
Braulio Ruiz, miembros de los jurados calificadores de los exámenes en las
escuelas de Niños y de Niñas de este caserío y en el de Santana, conforme al
oficio Nº 1098 de fecha 7 del presente, expedido por el señor presidente del
concejo municipal de Anserma.
·
El
19 de noviembre de 1917 el Inspector, Pedro J. Giraldo O., nombró a los
Señores, Jesús Orrego, Lázaro Estrada, Francisco Suárez, Francisco Patiño, Juan
B. Uribe, Marco A. Salazar, Pedro Rodríguez, José Jesús Henao, Adolfo Hernández
y Carlos Restrepo, miembros de los jurados de calificación para los exámenes de
las E.E. de este corregimiento, los primeros y el último para la fracción de
Santana, en asocio del señor Adolfo Hernández.
·
El
5 de noviembre de 1918 el Alcalde, Pedro J. Giraldo O., nombró a los señores,
Gregorio Ramírez, Lázaro Estrada, Joaquín Montoya, José Jesús Henao, Marco
Salazar, Eduardo Álvarez, Álvaro Echeverri, Filemón Giraldo, Jesús María
Montoya, calificadores de los exámenes que tendrán lugar mañana en esta población.
·
17
de noviembre de 1919 el Alcalde, Pedro Rodríguez, nombró a los señores: Enrique
Botero, Eduardo Acosta, Manuel M. Ossa, Lázaro Estrada, Alfonso Ruiz, Alfonso
E. Bayer V., Luis Orozco Joaquín E. Gutiérrez, Luis E. Mejía, Manuel Franco,
Adolfo Hernández y Luis C. Londoño, calificadores de los exámenes de esta
cabecera, La Esperanza y Santana respectivamente, para que han sido nombrados.
La vieja iglesia de
Risaralda, hacia los años 40.
PROBLEMÁTICA EDUCATIVA DE ANTAÑO EN
RISARALDA
La
educación siempre ha sido clave para el desarrollo de los pueblos, ya que un
pueblo que se educa y culturiza, es un pueblo que podrá mirar con la frente
alta un futuro de grandeza y progreso. En Risaralda, la clase gobernante no ha
escatimado esfuerzos cuando de la educación se trata, claro está que no todo es
fácil, ya que en muchas ocasiones por falta de fondos en el erario público, se
ven recortados y disminuidos los programas educativos. Pero aún así se ha
procurado, hasta donde es posible, llevar a cabalidad la labor educativa de la
población.
Hacia
1913, cuando el municipio era apenas un corregimiento de Anserma, San Joaquín,
la educación se impartía en dos escuelas: una para varones que funcionó en un
local adecuado en la Plazuela que debió ser demolido para las obras del
hospital; cerca de la misma Plazuela se creó la nueva escuela hasta su traslado
a la colina que bordea el camino hacia Carboneral, la cual se llamó en los años
cincuenta Escuela de Niños “Baltasar Álvarez Restrepo”, nombre dado en homenaje
al Obispo de Pereira en cuya diócesis está inscrita la Parroquia María
Inmaculada de Risaralda. Y la otra para niñas, que no tuvo cambios y
reconstruida en buena parte, funciona en donde se estableció desde su comienzo,
con el nombre de Escuela de Niñas “Magdalena Ortega de Nariño”. Fueron sus
directivos respectivamente, Adolfo Hernández R. y Mercedes Aristizábal.
Policía Escolar
El mismo año se crea el cargo de Agente de Policía
Escolar, que debía visitar diariamente las escuelas para cerciorarse de la asistencia
de los alumnos y llamar la atención a los padres ante sus ausencias
injustificadas. Uno de estos servidores de la educación fue Pedro Giraldo,
“Pedrito”, terror de los niños que se escapaban de la escuela para irse a
“caucheriar” o a nadar en las quebradas aledañas al pueblo. Sobre él se cuenta
una anécdota que refleja el espíritu de lo que era este cargo municipal en los
primeros años de fundación del pueblo. Veamos:
“Fue
el primer Agente Escolar de Risaralda, cuando existía tan excelente organización,
Pedrito Giraldo, llamado así por el diminutivo que correspondía a su brevedad
física.
Pedrito, celoso cumplidor de sus
deberes, iba de casa en casa preguntando las razones para la ausencia de los
escolares y persiguiendo a los fugitivos.
Es de recordar la anécdota de
algunos escolares, quienes ensimismados en la actividad natatoria en la fuente
llamada ‘Los Chorros’, que era apenas un modesto ‘ojo de agua’, debieron
esperar la noche para llegar, desnudos y helados a sus respectivas casas,
pasando por los solares, en medio de los ladridos de alarma de los perros.
Pedrito en vez de perseguir a los
desnudos estudiantes, alzaba con sus ropas y las llevaba a las correspondientes
viviendas. Quienes sufrieron esas huidas nocturnas, no recuerdan si fueron castigados
con rigor, más allá de la vergüenza impuesta por el policía escolar (Ocampo Correa y Vélez Correa,
Ecos del Ayer…, págs. 136-137).
Pedrito, Agente Escolar (Caricatura de Hur
Delfín).
Era
tan importante este cargo que hacia abril de 1913, el Inspector Provincial de
Instrucción Pública envió un oficio al Inspector de Policía de San Joaquín, en
el cual le solicitaba su colaboración efectiva para con el magisterio local. He
aquí su texto completo:
R.
de Colombia
D.
de Caldas
Inspección
Provincial de I.P.
Anserma,
Abril 17 de 1913
Señor
Inspector de Policía San Joaquín.
Esta Inspección ruega a Ud. se digne
ordenar al Agente de Policía de esa o en su defecto hacer las gestiones del
caso para conseguir uno que haga sus veces, con el objeto que vaya diariamente
a las Escuelas a cerciorarse de la asistencia de los alumnos para llamar la
atención a los padres o acudientes de ellos, todo bajo las inmediatas órdenes
de los respectivos Directores.
Espera, cosa que es de su
obligación, rodee los maestros de la autoridad que por su alto cargo
representan y que no se repita el caso de palabras acres como las que Ud. se
permitió lanzar en mi presencia con respecto a una institutora por mí muy
conocida.
Perdone que así lo hable porque esta
es mi obligación: guardar y hacer guardar el buen nombre de los maestros. En el
Decreto Nacional Nº 491 de 1904 (3 de Junio) reglamentario de la ley 39 de
1903, puede encontrar Ud. en qué forma se deben acusar los maestros lo mismo
que las responsabilidades y las penas a que se hacen acreedores los que tratan
en cualquier sentido de entorpecer su misión malquistándolos con la sociedad.
Listo estoy a oír cargos fundados
pero también a defender el gremio.
Soy de Ud. S.S.
Manuel J. Lobo (Archivo Municipal de Risaralda).
Se
nos manifiesta en este oficio, la importancia que se le daba en el Gobierno a
los Policías de las Escuelas, aquellos servidores de la ley y la educación que
debía estar dispuestos a cada momento, a descubrir y llevar a las escuelas o a
sus hogares a los rapazuelos que constantemente se daban las de Villadiego en
sus estudios, como comentamos atrás. Así mismo, la defensa que hacía de los
maestros el Inspector de Instrucción Pública, ante el maltrato oral que les
infería el Inspector de Policía.
Inasistencia escolar
En
Risaralda, la inasistencia a la escuela fue un factor preocupante desde los
primeros años de su fundación, la cual se registró hasta mediados del siglo
pasado. Lograr que los padres de familia se concientizaran de la importancia de
tener sus hijos en la escuela y procurar sostener la matrícula no fue fácil;
por ello en ocasiones se tuvo que acudir a la vía legal, el artículo 14 de la ley 213 de 1856, que decía:
“Es deber imprescindible de los
padres de familia, guardadores y en general todos los que tienen niños o niñas
a su cargo menores de 15 años y mayores de 6, enviarlos a la escuela pública
del Distrito para que sean matriculados en ellas, cuidar de su asistencia
diaria. El que dejare de cumplir esta prevención sin una causa justa comprobada
ante el Jefe Municipal, incurrirá en una multa de 10 pesos sin perjuicio de ser
obligado a este sagrado deber”.
Ante
el problema de inasistencia escolar, la Inspección de Policía tomó directamente
cartas en el asunto mediante la imposición de multas a los padres de familia,
según el caso, facultada para ello por el Art. 51 de la Ordenanza Nº 22 de 1914
(nueva reglamentación al respecto). Este trámite se efectuaba después de
recibir la Inspección oficios enviados por los Directores de las Escuelas Urbanas,
en los cuales notificaban la inasistencia de sus educandos. Un ejemplo claro de
este sistema de control de la asistencia escolar, en ese entonces, lo tenemos
en los siguientes Oficios:
“República de Colombia
Departamento de Caldas
Dirección de la Escuela U. de Niñas
San Joaquín, Septiembre 30 de 1915
Señor: Inspector de Policía
E. S. D.
Le suplico muy respetuosamente me
haga el favor de llamarle la atención al Sr. Dn. Eliseo Mejía sobre la multa a
que ha sido acreedor por la falta de su hija a la Escuela durante el mes diez
veces sin excusa justificable, y a la Señora Hercilia Restrepo por la misma
causa.
Anticipándole
mis agradecimientos me es grato suscribirme de Ud. Atte., estimada,
Margarita Vélez
Recibido y puesto a despacho
L. Enrique Orozco”.
***
Sepbre 30 de 1915
Llámese a la oficina a los Srs.
Eliseo Mejía y Hercilia Restrepo y si hubiere lugar a ello exíjaseles la multa
en que han incurrido.
Acúsece recibo del caso.
El Inspector, Leopoldo Garrido C.
El Secretario, L. Enrique Orozco”
(Archivo Municipal de
Risaralda).
Construcciones escolares
Las escuelas en Risaralda, desde sus
inicios hasta la primera mitad del siglo XX, eran casas normales, con piezas
adaptadas como salones, y servicios sanitarios mínimos, las más de las veces
letrinas, que en nada parecían a las instituciones educativas de hoy en día,
construidas siguiendo parámetros oficiales. Por ello no fue extraño que los
niños compartieran el espacio escolar con ratas, cucarachas, chinches, pulgas y
demás bichos que hacían más deprimente el ambiente escolar.
Su construcción fue la típica de la arquitectura de la
guadua, con materiales de la región, guadua, maderas aserradas, bahareque,
techadas con tejas de barro y piso en tierra o en el mejor de los casos,
cubierto con tablas. Los salones eran cuartos opacos, por no decir oscuros, pues
al no gozar de la bondad del vidrio, la luz entraba a través de la puerta
principal y las ventanas de madera (Henao Buitrago, pág. 211).
Posteriormente, ya con un concepto más moderno sobre
la educación por parte del gobierno, se inició la construcción de escuelas en
material, techadas con eternit (tejas en fibrocemento) y con baterías
sanitarias higiénicas y en número acorde con los estudiantes matriculados.
Concejo Municipal y la educación
En 1918, la administración municipal y el H. Concejo
Municipal tomaron cartas en el problema educativo. Para este fin, promulgó el
H. Concejo el Acuerdo Nº 11 mediante el cual se crea “una nueva plaza de policía, con la asignación mensual de quince pesos
oro; y se señala como sobresueldo a cada uno de los Directores y Maestros
seccionales de las Escuelas Urbanas de Varones y Niñas la suma de dos pesos oro
mensuales. Dado en San Joaquín a veintitrés de Junio de mil novecientos diez y
ocho”. Firman: El Presidente, Pedro Rodríguez C. y el Secretario, Álvaro
Echeverri Botero. El Acuerdo fue refrendado en junio veintiséis de mil
novecientos diez y ocho por el Alcalde, Pedro J. Giraldo O. y el Secretario
Adolfo Hernández R.
Como
podemos observar, el H. Concejo estaba pendiente de toda posible falla que se
presentara en la educación pueblerina, en este caso, consciente de los bajos
sueldos de los educadores, decide asignarles un sobresueldo por parte del
erario público, con el cual poder solucionarles, en parte, sus estrecheces
económicas.
Por
otra parte, mediante el Acuerdo Nº 14, de 25 de octubre de 1918, se aprueba
trasladar una sección de la Escuela Urbana de Varones “a un Local adecuado, en el extremo sur de esta Población, por cuanto
el salón que ocupaba está inconcluso y la asistencia de los alumnos se ha
aumentado notablemente”. Firman: El Presidente, Luis Ato. Orozco y el
Secretario, Álvaro Echeverri Botero. El Acuerdo fue refrendado en octubre 26 de
1918, por el Alcalde, Pedro J. Giraldo O. y el Secretario Adolfo Hernández R.
Por
lo reciente de la creación municipal y la carencia casi absoluta de recursos
económicos, San Joaquín no estaba bien dotado de establecimientos educativos,
aún así, el Concejo buscaba por todos los medios posibles una solución acertada
a esta deficiencia procurando en esta forma no entorpecer la labor educativa.
Fue
por ello como mediante el Acuerdo Nº 15, de 25 de octubre de 1918, del Concejo
Municipal presidido por Luis Ato. Orozco, se destinó una suma de dinero para
atender a unas reformas que necesitaba la escuela de niñas, a saber: “(…) la terminación del local en que
funciona la Escuela Urbana de Niñas, agregándole una mediagua que resguarde la
culata, por la parte oriental, de las aguas lluvias…”. Para ello se destinó
la suma de ochenta pesos (80) oro. Le correspondió al Alcalde, Pedro J. Giraldo
O., llevar a cabo el cumplimiento de lo acordado.
En
general, este Acuerdo está relacionado estrechamente con el anterior. Sigue
poniendo en vigencia el interés absoluto que reinaba entre los ediles sobre la
problemática educativa de San Joaquín y la forma acertada y dinámica como
siempre buscaban solucionarla.
DE LOS PRIMEROS MAESTROS
Uno
de los primeros maestros que aparecen en la historia de Risaralda fue Arnulfo
Lenis. La primera maestra, Edelmira Ceballos; dependían ambos de la jurisdicción
de Anserma. Posteriormente, don Juan Bautista Uribe se radicó en el poblado y
estableció una escuela para las primeras letras, esta era privada.
Hacia
1913 y años siguientes hasta 1917, se hicieron los siguientes nombramientos
escolares en el corregimiento de San Joaquín:
·
El
21 de septiembre de 1913: Aureliano Cock, inspector local para este lugar según
telegrama del Señor Inspector Provincial de I. P.
·
El
22 de enero: Señorita Margarita Vélez nombrada Directora de la Escuela de
Niñas, según telegrama emanado de la Dirección de I. P. de Manizales. Como dato
curioso cabe mencionar que su posesión se llevó a cabo en la casa de habitación
de la posesionada.
·
El
Señor Gregorio Ramírez, Inspector Local de las E.E.U.U. (escuelas urbanas)
nombrado por el señor Inspector Provincial de I. P. (Instrucción Pública).
·
El
9 de febrero de 1916: La Señorita Dolores Arcila, Subdirectora de la Escuela U.
de Niñas de este lugar.
·
El
1 de febrero de 1917: La Señorita Carmen Hernández, Directora de la Escuela de
Niñas de esta cabecera con carácter interino, nombramiento que fue comunicado a
esta oficina por el señor alcalde de Anserma en su telegrama de fecha treinta
de enero último.
·
El
10 de julio: Señor Braulio Ruiz, inspector local de la fracción de Santana,
para el período en curso.
·
El
4 de agosto: Señor Aldemar Quiceno, Inspector local de instrucción pública para
ejercer en la fracción de Aguabonita. Cabe anotar que don Aldemar aparece en la
Historia local como uno de los fundadores de San Joaquín.
·
El
1 de octubre: Señores Ángel María Ruiz G. y Abigail Pinzón, Director y Maestro
Seccional respectivamente para la escuela rural de este corregimiento, según
nombramiento de la Dirección General de I. P.
Las
actas de posesión de los anteriores maestros fueron firmadas por los
Inspectores Luis Quintero, L. Enrique Orozco, y Pedro J. Giraldo O., quien
luego fuera el primer Alcalde Municipal, y los Secretarios Alberto Gutiérrez,
Miguel Garrido C., José Manrique G., y Ángel M. Arroyave.
Educación en 1918
En este año, cuando San Joaquín inicia su vida como
municipio, luego de ganarle la demanda a Anserma, funcionaban en el mismo las
siguientes escuelas: urbana de varones y urbana de niñas en la cabecera; en San
José y Santana. Asimismo, en el Presupuesto de Rentas y Gastos se aportó, en el
artículo 20, la suma de setenta y cinco pesos Oro para ayudar a la construcción
de cinco locales de las fracciones de Morro azul, Santa Bárbara, La Trinidad,
La Esperanza, y Surrumbí (la suma de quince pesos oro cada una). En el art. 21
del mismo presupuesto, se aprobó una partida de $150 pesos Oro “para atender al vestuario de niños pobres y
premios en los exámenes”.
En
ese mismo año se hicieron los siguientes nombramientos:
·
El
24 de febrero: Señorita Otilia Giraldo, Maestra seccional interina para la
escuela urbana de esta cabecera, nombrada según telegrama Nº 856 procedente de
la dirección general de I. P. y para reemplazar a la señorita María Manrique.
·
El
2 de mayo: Señor Cura Venancio Osorio, Inspector Local para esta cabecera según
telegrama del señor inspector Provincial de I. Pública. El Padre Osorio fue el
primer párroco de Risaralda.
·
Y
el 4 de agosto: señorita Consuelo Betancurt, Directora de la escuela rural
alternada en la fracción de La Esperanza.
Las
posesiones fueron firmadas por los alcaldes Jesús M. Orrego (primer suplente) y
Pedro J. Giraldo O., y los secretario, Ángel M. Arroyave y Adolfo Hernández R.
Nombramientos en 1919
·
El
12 de febrero: Joaquín E. Gutiérrez, nombrado maestro seccional para la Escuela
de Niños de esta cabecera.
·
El
18 de febrero: Joaquín Emilio Gutiérrez, Director de la escuela urbana de
varones de esta cabecera en interinidad y en reemplazo del titular señor
Alfonso Ruiz.
·
El
25 de febrero: Las señoritas Consuelo Betancurt y Sara Prieto, nombradas
Directoras de las escuelas de Santa Ana y La Esperanza de este municipio
respectivamente, según nota oficial de fecha 24 del presente mes emanada de la
Inspección Escolar de las provincias de Pereira y Riosucio.
·
El
26 de marzo: Pablo E. Tamayo, director la escuela urbana de varones de este
municipio, según telegrama Nº 649 emanado de la dirección de Instrucción
Pública.
·
El
10 de julio: Adolfo Hernández R., maestro seccional de la escuela urbana de esta
cabecera, según telegrama Nº 959 de esta misma fecha emanado de la dirección de
I. Pública.
·
El
21 de julio: Señorita Mercedes Ramírez, maestra seccional en interinidad en
esta población, en reemplazo de la señorita Eladia
Mejía*, según
telegrama Nº 949 del 16 de los corrientes.
·
El
16 de agosto: Manuel Franco Flórez, director de la escuela urbana de varones de
esta cabecera, según telegrama 32 de los corrientes.
·
El
21 de agosto: Sta. Bertilda Mejía, maestra seccional en interinidad, nombrada
en reemplazo de la Sta. Mercedes Ramírez. Nota: la alcaldía se trasladó a la
casa de la posesionada para llevar a cabo este proceso.
Firmaron
las Actas de Posesión los alcaldes, Luis M. Escobar M., y Pedro Rodríguez C., y
los secretarios, Faustino Cadavid M., Adolfo Hernández R., y Álvaro Echeverri
Botero.
Educación en 1921
En este año fue Inspector Local de
Instrucción Pública el Pbro. Venancio Osorio O., Primer Párroco de San Joaquín,
quien fue un celoso protector de la misma, buscando el mejoramiento de las condiciones
educativas, no solo de los educandos y educadores sino también de las
condiciones físicas en que se desarrollaba.
El
10 de noviembre solicita al H. Concejo que “se
digne apropiar una cantidad suficiente para atender a la I. Pública del Municipio
de la manera mejor que sea posible, teniendo en cuenta que la casa o local
donde funciona la Escuela de Niños de San José necesita una gran reforma, quizá
la construcción por completo”.
Asimismo,
en la misma comunicación agrega: “les
pido se dignen votar una partida suficiente para subvencionar el Colegio que
con el nombre de San Luis funciona hoy bajo la dirección del Señor Gilberto
Picón, pagado por los padres de familia”. Observamos acá una primera
alusión a la constitución de un colegio en la población que, según la época,
apenas intentaba ampliar los conocimientos elementales adquiridos en la
primaria y no tenía ni la parafernalia, ni el pensum académico que se tiene hoy
en día.
– Infraestructura escolar y
reparaciones
Por
otra parte, las autoridades locales estaban al tanto del tema educativo,
buscando mejorarlo y facilitando su desarrollo. Por ello, en diciembre 18, el
Presidente del Concejo Municipal, Rafael Arango B., comunica al Señor Personero
Municipal:
“La
Corporación que presido acordó por resolución de esta misma fecha, autorizarlo
para aceptar la Escritura del lote de terreno comprado al Señor Balbino
Corrales, para la construcción del Local de la Escuela de niños de esta
población, lo mismo que la Escritura de José Dolores Henao” (Archivo Municipal, 1921).
Asimismo,
eran frecuentes las quejas de las directivas escolares por problemas locativos
de urgente reparación, como la que envió Luisa Díaz Ospina, Directora de una
escuela rural, al Alcalde Municipal:
“Informo
a Ud, del estado en que se halla el local que regento. Hay que hacerle algunas
reformas al techo, pues hasta el presente caen goteras. El piso se halla en muy
mal estado, lo mismo los corredores.
No hay sino 4 bancas, dos
antihigiénicas y el resto de no prestar absolutamente servicio. Carece de
cocina y pieza de habitación, esto es una necesidad de que no se puede
prescindir, puesto que no hay ni casa para traer la familia” (Archivo Municipal, 1921).
O
como lo ocurrido en la Escuela Rural Alternada de Santana, dirigida por Rosmira
Emilia Orozco O., quien se quejó al Alcalde Municipal ante la acción dañina de
un vecino:
“Suplícole
a Ud. muy respetuosamente, se sirva citar a su despacho al Señor David Bedoya
por el motivo que en los días de Semana Santa que estuve ausente, acometió el
abuso de dañar una cocina que hicieron los padres de familia el año pasado.
Pues dice que él también contribuyó con dinero, pues no importa puesto que él
tuvo los hijos en dicho establecimiento.
Suplícole se digne decirle que
vuelva a traer la madera y obligarlo arreglarla, y también privarle a la esposa
que (no) siga tratándome mal y hablando de mi honradez.
También le pido un consejo y es que
tenga la fineza decirme si tengo obligación de enseñarle a niños sin matricular
que hay una mujer que quiere obligarme a enseñarle a una niña sin estar en
matrícula y me ha tratado muy mal debido a que la niñita es insoportable y no
la puedo manejar. Dicha mujer es Jovita Mejía nuera de Braulio Ruiz.
Quedaría altamente agradecida si
Ud. me atendiera esta súplica tan grande.
Dios guarde a Ud.” (Archivo Municipal, 1921).
Por
lo expuesto, eran frecuentes las celebraciones de contratos de reparaciones
locativas en las escuelas, como el celebrado entre Pedro J. Giraldo O., en su
carácter de Personero Municipal y José Mª Valencia, el 6 de septiembre, para “asegurar la Escuela de varones poniéndole
cimiento de nuevo y quitándole el viejo que tiene; a arreglarle el techo
entejándolo muy bien y poniéndole las guías de teja de barro. Las maderas que
le ponga a los cimientos deberán ser de muy buena calidad y puestas sobre bases
de piedra” (Archivo Municipal, 1921).
– Inasistencia escolar y sanciones
a la misma
Como
en años anteriores, también eran frecuentes los problemas de inasistencia, bien
fuera por problemas de salud o por poco interés de los padres en enviar a sus
hijos a la escuela. Por tal razón, en carta del 4 de abril, el Director de la
Escuela U. de Varones, César Iturregui, se queja ante el Alcalde por la
inasistencia de unos alumnos y solicita una sanción. Veamos:
“Con
el respeto que U. se merece y cumpliendo con sacratísimos preceptos, paso a
darle cuenta de las reiteradas faltas de asistencia de los cuatro alumnos que
le anoto al terminar la presente.
Los tres primeros tienen mucho más
de 10 faltas y el último, 6; por consiguiente y no habiendo obtenido una
satisfactoria excusa, ruégole se digne notificar a los padres de ellos a fin de
obtener la razón de tantas reincidencias.
El último me mandó un papelito,
alegando enfermedad; pero esto, infiero no sea más que un fútil pretexto para
seguir faltando, pues él estuvo en el pueblo según noticias. De todas maneras
convendría que el Agente Escolar se cerciore ocasionalmente.
Los alumnos son los siguientes:
Pedro Pablo, Jesús María y Manuel Puerta y además Ernesto Grajales” (Archivo Municipal, 1921).
Por
su parte, el 8 de abril, Rosa A. Hincapié H., Directora de la Escuela U. de
Niñas, envió al Señor Alcalde Municipal, ante su solicitud, un oficio donde
comenta una situación parecida:
“Es
cierto que la asistencia de las niñas a la Escuela ha disminuido, por estar con
viruelas, epidemia que reina hoy en la población, pues a muchas las he hecho
regresar a sus casas por temor al contagio.
En cuanto a la puntualidad de los
niños, sí tienen poco interés los padres de familia; muchos de ellos llegan a
la Escuela a las siete y media y otras veces a las ocho, siendo esto un
inconveniente gravísimo, no sólo porque pierden las primeras clases, sino
también porque el Señor Osorio pierde el tiempo averiguando por niñas que ya
han salido de sus casas cuando él llega.
Con respecto al Señor Osorio, no
puedo decirles hasta qué horas presta sus servicios; depende de las niñas que
faltan y de la distancia que hay de la Escuela a sus casas, lo que sí sé es que
dicho Señor es el mejor de los policías escolares que han nombrado” (Archivo Municipal, 1921).
Cabe
anotar que ante la solicitud del Señor Iturregui, vista antes, y luego de
escuchar los descargos de ley, el 12 de julio, el Alcalde Roberto Restrepo,
aplicó las siguientes multas:
“Genaro
Puerta pagará como multa la suma de cincuenta cvs. Oro, por las faltas
cometidas por su hijo Pedro Pablo. Jesús Puerta pagará como multa la suma de
cincuenta cvs. oro por las faltas de su hijo Manuel. Y Ramón Grajales pagará
como multa la suma de cincuenta cvs. Oro, por las faltas de su hijo Ernesto” (Archivo Municipal, 1921).
– Curiosidades educativas
En
febrero 4, el padre Venancio Osorio, Inspector Local de I. P., y defensor de la
moral pública, se queja ante el Señor Alcalde Municipal porque “en la casa del señor Pedro Valencia, que
está a menos de una cuadra de distancia del Local en que actualmente funciona
la Escuela de varones de este Municipio, viven unas mujeres de mala vida, cuyos
nombres son los siguientes: Juliana, Sinforosa y Mercedes Gutiérrez, casa esa
que frecuentan hombres que no son casados con ellas y además los vecinos se
quejan de escándalos en esa misma casa”. Y agrega en otra carta:
“(…)
En estos días tuve conocimiento de que la Alcaldía elevó una queja al Sr. Picón
de alumnos de nuestro Establecimiento que se dijo frecuentan dicha casa; y yo
creo que el procedimiento del Jefe de Policía, es alejar de los
Establecimientos de educación los focos de corrupción que sean un
peligro para la moralidad de los educandos”.
Por tanto apelo al patriotismo de
Ud. y su muy buena voluntad, para poner término a tan grave mal dando
cumplimiento al Art. 189, de la ordenanza 43 de 1916, pues es un peligro para
los niños y un mal gravísimo para las familias honradas que habitan en ese
barrio de donde se había logrado separar tal gremio de mujeres.
Dios guarde a Ud.
Venancio Osorio Pbro. (Archivo Municipal, 1921).
***
En
este año, el 14 de marzo, se presentó un retiro masivo de estudiantes de la
Escuela, pues según los padres de familia: Manuel Jiménez, Pedro A. Benjumea
G., Nabor A. Ossa, José María Rendón, Juan B. Ramos, Juan E. Peláez y Alejandro
Cárdenas, “el señor Director C. Ignacio
Torres, es persona de malas costumbres morales. No queremos consignar aquí el
gran defecto de que adolece, por respeto a nuestra Autoridad. Este aviso lo
damos en cumplimiento de nuestro deber”.
Nota:
Se desconoce el resultado de esta protesta contra el Director de la Escuela de
Niños.
***
El
29 de agosto, Pedro J. Giraldo O., Personero Municipal, envía al Señor Alcalde
Municipal, la siguiente queja:
“Desde
hace algún tiempo se vienen quejando las maestras de la Escuela de esta
cabecera de los animales y gentes que les ensucian el local y patio, trayendo
por consecuencia que no puedan sembrar jardín ni plantas de ninguna clase
porque se los arrancan los animales.
Como el suscrito tiene entera
persuasión de esto suplica al Sr. Alcalde se sirva disponer el medio más
prudente para que cese el mal, prohibiendo la tenida de gallinas en las
vecindades siempre que no las puedan tener sin que vengan al patio de la
Escuela; lo mismo que no se tiren basuras de ninguna clase al patio y solar.
Dios guarde a Ud.” (Archivo Municipal, 1921).
Educación en 1923
En 1923, cinco años después del
funcionamiento de San Joaquín como municipio, desempeñaba el cargo de
burgomaestre don Manuel J. Pulgarín quien envía al gobierno departamental un
informe de sus labores para ese año, en el cual habla de la Instrucción Pública
con las siguientes palabras:
“Regenta
la Escuela Urbana de Varones de esta cabecera el señor César Iturregui; de
buenos conocimientos y ejemplar conducta, acompañado de los seccionales Antonio
Taborda, Efraín Marín, y Marco Granada. Veamos, lo que el señor Director dice
en el informe que rindió a esta oficina:
La mencionada escuela funciona en
local propio, con un solar que mide aproximadamente tres mil doscientos metros
cuadrados. Consta el edificio de cuatro salones que corresponden a las
respectivas secciones del establecimiento, el que se halla regentado por cuatro
maestros.
Entre estos ha venido reinando la
más perfecta armonía, procediendo de común acuerdo, tanto en el régimen
disciplinario, como en la unidad pedagógica, que se hubo desarrollado con
provecho durante, el año al que el actual informe se refiere. Solamente el
seccional Mario Granada L., se mostró un tanto reacio en la práctica de la
disciplina escolar y régimen interno del establecimiento, no compartiendo a la
vez de los mismos principios de fraternidad que reinan y que han sido el lema
en este plantel. En el año de 1923 fueron matriculados 190 niños, de los que se
obtuvo un promedio de asistencia entre 167 a 170.
La conducta de los alumnos fue en
general satisfactoria, pues salvo pocas excepciones, todos obtuvieron, cuatro
en todos los sentidos. Presentaron exámenes 158 niños habiendo sido reprobados
7 siete”.
Respecto a la Escuela de Niñas de
esta cabecera, nada puedo decirle, porque hasta la fecha o momento de
elaboración del presente, no ha venido y se informa que tanto la señorita
Directora como las seccionales están ausentes de la población.
Existen tres escuelas rurales a
saber: “La Tesalia”, “Santana” y “La Esperanza” y en la de San José, la de
“Morro azul”. Todos estos planteles tienen casa propia, regularmente adaptables
a las condiciones que se requieren, con buenos solares para sus cultivos y las
Directoras fuera de que han cumplido con su deber, conservan una conducta
intachable en materia de moralidad.
Los exámenes se verificaron tanto en
las escuelas urbanas, como en las rurales, en la época indicada por el señor
Inspector Provincial de Instrucción Pública y en ellos se cumplieron todas las
disposiciones reglamentarias.
Los estudiantes no fueron vacunados
porque no hubo aparecimiento de la epidemia de viruela, ni se consiguió el
virus” (Archivo
Municipal).
César Iturregui, Maestro ejemplar
Una figura ejemplar en la historia educacional de
Risaralda, fue el ciudadano español César Iturregui. Nacido en Dorronsoro, una
aldea cercana a Bilbao. Había llegado al país como galán joven de una
agrupación teatral, la Compañía Dramática Nacional. Después de visitar las
principales ciudades del país, don César, quien se había casado en Bogotá,
llegó con sus compañeros a Anserma. Interesado en las posibilidades que ofrecía
Risaralda para una temporada teatral, fue a la incipiente aldea, en la cual
presentó varias obras con éxito económico. En la temporada, la cual se prolongó
en forma apreciable, Iturregui manifestó a algunos amigos el cansancio de la
vida nómada. Las gentes principales del pueblo le ofrecieron el cargo de
Director de la Escuela, nombramiento que aceptó jubilosamente.
Desde
aquel tiempo (años 1920-1921), don César se radicó en Risaralda. Viudo pocos
años después, casó nuevamente con una muchacha de la aldea. Su amor por el poblado
y sus gentes, superó los numerosos problemas profesionales, las vicisitudes de
la pobreza, los frecuentes cambios de que fuera objeto. Siempre solicitaba a
sus amigos el traslado de donde estuviera a la aldea que quiso como suya. Y en
ella fue sepultado, cuando después de una intervención quirúrgica en Manizales,
falleció. Sus últimas recomendaciones a sus amigos de siempre, fueron las de
reposar en la aldea en que viviera lo mejor de sus años, en una tarea magnánima
y permanente de servicio.
Don
Hernando Quiceno Grajales, en su valioso documento “Yo nací en Risaralda”,
recuerda la época de César Iturregui, con el siguiente testimonio:
“Con
una de esas compañías (de teatro), llegó a Risaralda un artista español llamado
César Iturregui quien se enamoró de una dama del pueblo, se casó con ella y
allí se quedó. Su presencia marcó una etapa en la vida del pueblo, porque se
trataba de un caballero a carta cabal y muy culto, a quien a poco nombraron
rector de un proyecto de colegio municipal que funcionó algún tiempo. Y con él
perfeccionaron sus conocimientos, o al menos, y es lo más importante,
aprendieron la necesidad y el interés por la cultura, los que en aquella época
y después fueron los intelectuales de la comarca, como Ovidio Rincón, los hijos
de don Pedro Giraldo, Rogelio y Jorge, Mario Vásquez Posada, Segismundo
Grajales, Conrado Osorno, etc. Algún día emigró y se murió pero por mucho tiempo
se habló de Don César lturregui”
(“Yo nací en Risaralda”, Hojas de Historia, Nº 04, septiembre de 2013).
Por
su parte, Jorge Giraldo Montoya recuerda al educador en su texto “Mi viejo
Maestro”, una bella página donde habla de Iturregui y del ambiente escolar de
entonces:
“(…) El maestro, un hombre de severa estampa llegado de Aragón o de Castilla
llamado César Uturregui nos esperaba en el patio que, por varios años, estuvo
vigilado por el busto áspero pero solemne de Don Cristóbal Colón, ejemplo de
bravas hazañas, símbolo sereno de victorias. Cuando el reloj apuntaba las ocho
entrábamos al amplio salón para comenzar las tareas del día. La aritmética era
la primera clase porque dizque la mente estaba fresca para estas duras lidias.
De la aritmética pasábamos a la religión. Las dulces parábolas de Jesús, el
milagro de la creación, la multiplicación de los panes y los peces para los
hambreados, eran explicadas por el maestro con un raro encanto. En historia
patria enumerábamos las batallas de los arquitectos de la libertad y parecíamos
estar en Boyacá, Junín, Pichincha y Ayacucho. En geografía viajábamos como unos
marinos locos por ríos y mares en esta diminuta nave azul de la imaginación. En
historia natural nos extasiábamos con el temblor de la rosa y con el delicado
cuerpo de los lirios. En fin, todas las materias acomodadas al horario se iban
cumpliendo fielmente para orgullo de don César que sabía cumplir con su deber y
para satisfacción nuestra que esperábamos pasar un nuevo año con las mejores notas.
En terminándose el año lectivo y sometidos a la dura prueba de unos
calificadores muy serios, se celebraba con gran solemnidad el acto público. A
él asistían las gentes notables del pueblo y los padres de familia. Era un
bello acto henchido de coros, de palabras cordiales de mi maestro, de marchas,
en las cuales sí fui el primero por mi corta estatura” (Giraldo Montoya, El hortelano y su comarca, págs. 57-58).
EDUCACIÓN EN LOS AÑOS POSTERIORES
Pasaron
los años, el pueblo continuó su proceso de desarrollo urbanístico dejando atrás
la aldea sencilla, primaria y autosuficiente, para convertirse en pueblo
moderno, comunicado con las grandes ciudades por las carreteras abiertas en
1935 y 1939 e integrado a la sociedad de consumo que surgió con la industrialización
creciente del país.
La
educación siguió su curso con las falencias anotadas párrafos atrás. Sin
embargo, en 1930 ya se empezaba a notar el deseo del gobierno por centralizar
la educación, aduciendo el poco éxito que el proceso de descentralización administrativa
había tenido hasta entonces. Con el gobierno del presidente Alfonso López
Pumarejo (1934-1938), el cual situó a la educación como una de las
preocupaciones centrales de su gobierno, se proclama la necesidad de una
educación popular y se preocupa por acabar con el analfabetismo.
El
gobierno veía al sistema de descentralización educativa como una de las
principales causas del atraso de la educación en el país, al impedir la
unificación de recursos para el
desarrollo de la educación, debido a la autonomía patrimonial de los
departamentos y municipios. Los municipios, por ejemplo, no contaban con los
recursos suficientes para construir escuelas nuevas, debido a que éstos
alcanzaban escasamente para la reparación de los locales ya existentes.
Por
otra parte, con la reforma constitucional de 1936, se buscó una mayor
democratización y una mayor intervención del Estado. Se garantizó la libertad
de enseñanza, se permitió una secularización de la educación y se fortaleció la
intervención del Estado. En particular, se decretó que la educación primaria
pública debería ser gratuita y obligatoria. La respuesta de la iglesia católica
y de los conservadores no tuvo espera y se opusieron fuertemente a esta
reforma.
En
las memorias de la época se encuentran varias alusiones a la reacción de la
iglesia. Según José Joaquín Castro, Ministro de Educación en 1937, fue “frecuente que algunos párrocos secunden y
aún inicien el ataque o la resistencia a las medidas educacionistas del
gobierno” (Memoria del Ministro de Educación, 1937). La educación
secundaria continúo siendo dirigida a las élites.
De escuelas y maestros en Risaralda
Hernando
Quiceno escribe sobre los maestros y su recuerdo escolar de la época, en el
documento citado. Veamos:
“A
Risaralda llegaban maestros recién graduados en la Normal de Manizales y en ese
pueblo pequeño siempre fueron personajes. Recuerdo a Don Víctor Aristizábal,
quien no fue mi profesor pero nos reunía a los escolares los sábados y como si
fuera un sacerdote, nos daba unas conferencias que debieron dejar en todos
principios de bien y de civismo. Don Hernán Echavarría y Don Javier Agudelo sí
fueron mis profesores y me hubiera gustado volverlos a ver para decirles
“gracias”, y especialmente a Don Nicolás Tirado quien me enseñó a leer y
escribir utilizando la cartilla de Charry. Apenas fui profesional en 1952,
averigüé dónde vivía ya jubilado en Manizales y lo visité para hacerle un
agradecido reconocimiento personal que impresionó tanto a sus hijos que 15 años
después en Cartagena, al encontrarme casualmente con uno de ellos, me recordó
este hecho.
En mi infancia la cultura en aquel
pueblo que apenas comenzaba a comunicarse, era bastante deficiente. Había una
escuela de niños por la plazuela junto al actual hospital, y otra de niñas en
la calle principal, donde apenas se enseñaba hasta cuarto de primaria y quien
quisiera estudiar algo más tenía que irse a Manizales o a Pereira donde tampoco
había aún ninguna universidad. Por eso la mayoría de familias pudientes
emigraban apenas iban creciendo sus hijos.
Tampoco he olvidado que en 1940,
con motivo de cumplirse el 6 de mayo el centenario de la muerte del General
Santander y estando en segundo elemental, en la escuela promovieron un concurso
sobre el General en el que participé, quedando en los últimos lugares porque
mis conocimientos sobre el particular eran muy escasos. Ahora me humilla sobre
todo mi timidez de entonces porque no me atreví a consultar con los cultos del
pueblo que para mí eran Don Tulio Orozco o Don Fabriciano Rincón o Don Rubén
Díaz” (Quiceno
Grajales “Yo nací en Risaralda”).
Sobre el Colegio “La Inmaculada”
Y mientras a nivel nacional se daban
las reformas lideradas por el Gobierno, en Risaralda, en el año de 1935
funcionó el Colegio Municipal “La Inmaculada”, establecimiento en el cual se
daba educación a un pequeño grupo de señoritas de las familias adineradas.
Durante este año tuvo una cátedra de Música don Tulio Orozco, conocido
musicólogo de la localidad, quien se
interesó bastante por el adelanto musical de sus alumnas y de la ciudadanía en
general. Inquieto en este aspecto, envió dos oficios al H. Concejo Municipal,
informando de su trabajo y adelantos; a continuación sus textos:
“Risaralda,
Junio 28 de 1935.
Señor
Presidente del H Concejo Municipal.
Presente.
Tengo el gusto de comunicar a la
alta Corporación que usted dignamente preside, que desde principios del año en
curso, vengo dando en el colegio municipal de ‘La Inmaculada’ de esta ciudad,
una clase de Música, que comprende los conocimientos elementales de solfeo,
caligrafía musical, dictado de la misma, teoría y aplicación, con un resultado
verdaderamente sorprendente.
Como ese plantel es costeado por el
Erario Municipal, he querido noticiar a esa entidad de las labores que vengo
desarrollando en tal sentido, a fin de obtener un voto de confianza para
continuar en dicha tarea.
Esto obedece especialmente, a que
todo acto bueno, todo lo que lleve en sí algo que diga adelanto, progreso,
cultura, siempre está atacado por elementos que no ahondan ni analizan; que no
ven sino el propio beneficio y que todo lo motejan.
En Risaralda, donde existen
espíritus veleidosos que no aceptan todo lo que tienda al engrandecimiento de
esta amada ciudad, se complacen en desplegar su envidia, en difamar a los
demás, en disponer del otro, y por ello es preciso prevenirse. No me refiero en
ningún caso a ninguno de los honorables ediles que forman este cuerpo
legislativo, porque todos se han preocupado por hacer de la ciudad, una patria
digna y de sus representantes unos verdaderos exponentes de progreso y de
honorabilidad. En cambio, sí existen otros elementos que se apartan de esas
normas de altruismo, para perder toda iniciativa decorosa para disponer de
aquel que no comparte de sus ideas y de sus raciocinios.
Para poder continuar en la
enseñanza, que sólo se verifica dos veces semanalmente, se requiere y así lo
solicito muy respetuosamente, la venia y concepto del H. Concejo, y ese es el
objeto de la presente comunicación.
Aprovecho la oportunidad, para
manifestar al H. Concejo, que sería muy conveniente el que una comisión del
seno de la corporación, visitara el Colegio de ‘La Inmaculada’, donde podrá
cerciorarse del adelanto de ese grupito de damas, que mañana serán la
representación de la mujer social en cualquier centro de cultura, dentro o
fuera del País.
No está por demás decirle al H.
Concejo, que esa clase en el Colegio, es absolutamente gratuita, pues de todo
lo malo que tengo, alguna cosa buena he de dejarle a la ciudad, siquiera una
semilla fecunda y armoniosa, que compense en algo lo que conmigo ha hecho de
albergarme en su seno.
Del señor Presidente, muy atto. y s.
s,
Marco Tulio Orozco”.
***
“Risaralda,
Noviembre 14 de 1935.
Señor
Presidente del Concejo Municipal.
E.
S. D.
Me permito comunicarle, para los fines
a que haya lugar, que los exámenes de Música en el Colegio de Señoritas de esta
ciudad, fue de un resultado ampliamente satisfactorio para el suscrito.
El examen versó sobre los siguientes
tópicos: Orígenes de la Música, Historia Universal de la Música, Solfeo,
Dictado Musical, Vocalización y Caligrafía Musical.
Presentaron examen todas las alumnas
del plantel, a excepción de dos o tres que fueron al estudio cuando se habían
empezado ya las tareas.
Me permito solicitarle, al Honorable
Concejo, que al formar el Presupuesto de gastos para la próxima vigencia, se
apropiara una partida para la adquisición de algunos instrumentos que han de
emplearse necesariamente al iniciarse los estudios del año entrante, para la
continuación de la clase de segundo año musical.
No está por demás, manifestarle
igualmente, que sería muy conveniente apropiar alguna partida para reorganizar
la Banda de Música, pues el instrumental es valioso, quizá el mejor del
Departamento y la agrupación que ha estado utilizándolo, tiene buenas
perspectivas de adelanto en ese difícil arte.
Todos los datos que sobre el
particular pudiera solicitar el H. Concejo, tendré mucho gusto en
suministrarlos cuando esa alta entidad lo estimare conveniente.
Del señor Presidente, muy atto. y s.
s.,
Marco Tulio Orozco” (Archivo Municipal).
No
hay constancia escrita de la respuesta del H. Concejo Municipal a las cartas
anteriores. Lo cierto es que hacia 1940 ya no se habla de esta institución
educativa en la población.
Algunos educadores en 1935
Se logró rescatar de los archivos el siguiente apunte
de maestros en este año: Director de la Escuela Complementaria de Varones:
Néstor Duque Ll.; Directora Escuela Rural “La Miranda”, Elisa Moncada;
educadoras: Concha López C., Esther Julia Ríos P. y Carlina Montoya. Y Policía
de las escuelas, Bernardo Cuartas G.
Educación en 1945 – 1947
Los integrantes del H. Concejo por
el bienio 45-47, una vez finalizado su período de sesiones, dieron a conocer de
la ciudadanía de Risaralda su informe de labores correspondiente a dicho
período, dentro del mismo enfocaron lo relacionado con la educación en el
pueblo. Leamos:
“Sostenimiento de
escuelas
En cuanto a este ramo de la
administración, el Concejo hubo de preocuparse por su reparación y
sostenimiento, hasta donde sus posibilidades se lo brindaron, siendo
conveniente para el caso subrayar algunas de las labores llevadas a término:
Se reconstruyó la escuela rural de
“El Tablazo” con gran aporte del tesoro municipal; se terminó la construcción
del local de “Buenavista”, habiendo pagado además en este año los trabajos y
materiales invertidos por el anterior Concejo, obteniendo también la
correspondiente escritura del lote que ocupa; la escuela de “La Tesalia”, por
razones higiénicas hubo necesidad de reconstruirla totalmente, y cuando este
informe esté al conocimiento del pueblo, ya se encontrará para darse nuevamente
al servicio.
Fue construida la escuela de niñas
de San José con valioso aporte del municipio, y respecto de los demás
establecimientos de educación, se han sostenido y reparado para cumplir las
exigencias de su constante funcionamiento, siendo un hecho conocido que cuando
inauguramos nuestras actividades, presentaban un ruinoso abandono que hasta se
amenazaba por el Gobierno su inmediata clausura.
En este ramo de la educación se han
invertido en este período más de seis mil pesos, y en lo relacionado a nuevas
construcciones fue nuestra intención acometerlas pero desgraciadamente el
actual gobierno de Caldas se constituyó en mora para el pago de las participaciones
que corresponden al distrito, adeudándole por este concepto más de diez y siete
mil pesos ($17.000.oo) desde 1946.
Este puede ser un ejemplo de la
manera como el gobierno conservador maneja la cosa pública, es decir, con un
criterio molondro y sin sentido de responsabilidad, carente en un todo de
sensibilidad social y humana, enemigo del progreso colectivo y del bienestar de
la familia colombiana, siendo un botón de muestra el estado de ruina que
presenta el edificio del Restaurante Escolar, que depende del gobierno
departamental”
(Archivo Municipal).
El
anterior informe fue firmado por el Concejo en pleno, el mes de agosto de 1947:
Marco Giraldo, Presidente, Bernardo Arboleda M., Tulio Morales O., Moisés
Giraldo Z., Pastor González J., Manuel Gutiérrez M., Arturo Blandón B., y
Antonio Patiño V., Secretario.
Magisterio de 1953
Escuela Urbana de
Varones: Durante
este año presentaron su servicio los maestros: Abelardo Vargas Suárez
(Director), José J. Montes G., Rosmira Muriel A., Lucila Becerra Vallejo,
Carlos Buitrago Londoño, Pedro Luis Taborda N., y Luis Eduardo Santa.
Escuela Urbana de Niñas: Fueron maestras de esta escuela: Tulia Quintero H. (Directora), Magaly
López P., Bernarda Mejía V. de A., Sofía Atehortúa, Ana Patiño C., y Orfilia
Uribe de U.
Asimismo,
se desempeñaron como maestras rurales: Blanca Duque H., Escuela Rural “La
Patria”. Ester Julia Ospina M., Escuela Rural “La Miranda”. Mary Montoya S.,
Escuela Rural “La Tesalia”. Griselda Quintero, Escuela Rural “La Cancana”.
Rosario López de R., Escuela Rural “La Esperanza”. Sola Medina C., y Cayetano
Clavijo, Escuela Rural “La Libertad”. Nohemy Pérez Conca, Escuela Rural
“Surrumbí” y Lucy Jurado C., Escuela Rural “El Tablazo”.
Por
esa época las condiciones económicas de las gentes de Risaralda no eran las
mejores. No era extraño que niños y niñas fueran a la escuela descalzos y, en
ocasiones, mal alimentados, lo que no impedía recibir una buena educación de
parte de sus maestros, en sus primeros años de estudio. Veamos un testimonio al
respecto:
“…durante
esos primeros años se aprendía mucho, no solamente las operaciones
fundamentales matemáticas (sumar, restar, multiplicar y dividir”, sino a leer
de corrido, utilizando correctamente la puntuación y el tono de voz. También la
escritura era muy cuidadosa, puesto que la caligrafía y la ortografía exigida
por las profesoras, a punta de férula (regla de madera con la que se solía
corregir al alumno indisciplinado o desatento, propinándole golpes en la palma
de la mano), era muy directa, puesto que no se permitía promover al grado
siguiente alumnos que no estuviesen leyendo de corrido, con buena entonación y
conociendo al dedillo las reglas ortográficas.
Yo por mi parte estudie muy poco,
pero tuve la oportunidad de intentar aprender mis primeros conocimientos con la
famosa ‘pizarra’, un borrador hecho de trapos viejos metidos en una funda y
tiza blanca. Lo cierto era que había que aprender de memoria lo escrito porque
se tenía que borrar para poder iniciar un nuevo conocimiento… en esos tiempos
sí se estudiaba y se aprendía mucho, claro que yo estuve pocos días porque en
la casa no me exigieron mucho para que volviera a la escuela, porque no lo
consideraban importante” (Carmelina
Ocampo, Recuerdos dorados de los abuelos, 2014, pág. 114).
LA NUEVA REALIDAD…
AÑOS SESENTA EN ADELANTE
Con
la década de los años Sesenta se notaron aires de transformación en todas las
facetas de la sociedad, incluyendo la educación que ya jugaba un papel
preponderante en las políticas del Gobierno, en aras de ingresar a la
modernidad.
Los
esfuerzos en planeación realizados en Colombia durante la década de los
cincuenta convirtieron al país en un abanderado de la planeación integral de la
educación en diversos foros internacionales (Moreno, 1982). Colombia en estos años
lideraba dichos foros en donde se compartían preocupaciones similares del
sector educativo con otros países, especialmente los latinoamericanos.
En
1960, la Ley 111 de 1960 nacionalizó el gasto en educación dejando la totalidad
del costo de los servicios personales en educación primaria pública en cabeza
de la Nación mientras la administración de los docentes continuaba a cargo de los entes territoriales.*
Con
la creación en 1969 de los Institutos Nacionales de Enseñanza Media
Diversificada (INEM) se intenta promover la diversificación y modernización de
la enseñanza media y favorecer a las clases menos favorecidas. En cuanto a la
educación rural, en 1963 se suprime la discriminación legal entre educación
urbana y rural y se regresa a la primaria unificada con cinco años de estudio
de inicios de los años treinta (Memorias del Ministro de educación 1968-1969).
Con
respecto a la educación rural, después de experimentar el gobierno por varios
años con los modelos de escuela unitaria, en la cual un maestro atendía
simultáneamente cinco grados escolares, el MEN adoptó el modelo de Escuela
Nueva en 1976. Este esquema fue diseñado de tal forma que se podía atender en
una sola aula a todos los alumnos de la zona en edad escolar y garantizarles
promoción flexible y escolaridad completa (Ramírez G. y Téllez C., 2006).
La
Escuela Nueva se constituyó en un esquema clave para el aumento en la cobertura
y la calidad de la educación en las zonas rurales, recibió el apoyo decidido de
organizaciones internacionales y hoy en día es una de las modalidades
educativas más incentivadas por las políticas gubernamentales.
En
1979 después de largas jornadas de concertación entre los maestros y el
gobierno se adoptó el Estatuto Docente mediante el Decreto 2277 de 1979. Ello
permitió la regulación de la actividad docente. El Estatuto Docente fue uno de
los grandes logros de la movilización organizada de maestros por la Federación
Colombiana de Educadores (Fecode) para buscar mejores salarios, estabilidad y
un sistema de educación pública más organizado.
Asimismo,
la labor docente se volvió importante, respetada y bien remunerada. Las
condiciones laborales mejoraron y la educación percibió el cambio positivo, no
sólo para los estudiantes, docentes y padres de familia, sino también para las
políticas gubernamentales.
La
administración Turbay, por la misma época, da los primeros pasos para cambiar
la tendencia de centralización del sistema educativo que se había dado desde
1960 y descentraliza la capacitación y promoción de los maestros. De esta
forma, en 1979, en cada departamento se establecieron Centros Experimentales
Piloto para capacitar a los maestros y Juntas del Escalafón Departamentales
para la administración de la promoción de los maestros públicos.
En
1991 la Nueva Constitución, firmada por el Presidente César Gaviria, le da un
nuevo impulso al proceso de descentralización de la administración pública y
consagra a la educación como un derecho de la persona y un servicio público con
función social. Por mandato constitucional la educación es obligatoria entre
los 5 y los 15 años de edad, debe comprender por lo menos un año de preescolar
y nueve de educación básica y es responsabilidad del Estado, la sociedad y la
familia, según el Artículo 67 de la Constitución Política de Colombia de 1991.
Por
último, el Gobierno de Andrés Pastrana Arango con su Ministro de Educación
Nacional, Francisco José Lloreda Mera, mediante el Decreto 1278 de Junio 19 de
2002, expide el Estatuto de Profesionalización Docente, nueva pauta para el
manejo del Magisterio Colombiano que, según los estudios de Fecode, en nada
mejora las condiciones de los maestros obtenidas con el Estatuto Docente
anterior. Ello ha generado numerosas confrontaciones Gobierno-Magisterio y, en
cierta forma, ha desmejorado la calidad de la educación que se presenta en las
aulas escolares colombianas.
Todo
el movimiento educativo sintetizado en los párrafos anteriores, ha sido
presencia constante en la evolución educativa de Risaralda y ha tenido que ver
con la misma. Veamos a continuación como ha sido la educación en estas últimas
décadas.
Construcción de escuelas
En los años 60, debido a la carencia de escuelas en
algunas veredas, y con el fin de facilitar el estudio a los niños campesinos,
para quienes era casi imposible educarse en la población, el Concejo Municipal
tomó cartas en el asunto y fue así como mediante el Acuerdo Nº 025, de mayo 31
de 1961, “ordena la construcción de una
escuela rural”, para lo cual autoriza al señor Personero Municipal, “para la construcción de la Escuela Rural de
“El Palo”, vereda de esta jurisdicción, en caso de que la Federación Nacional
de Cafeteros no la construya y hasta por la suma de Diez Mil Pesos Ml ($
10.000.oo)”. Era Alcalde del municipio, Enrique Sampedro Borda.
Asimismo,
el Concejo en 1962 aprobó el Plan de Construcciones de Escuelas Rurales,
presentado a su consideración por la Federación de Cafeteros, mediante el
Acuerdo Nº 038 de enero 24 de 1962 y que en su Artículo 1º dice:
“Apruébase
en todas sus partes el plan de construcciones de Escuelas Rurales y los
correspondientes presupuestos presentados por la Federación de Cafeteros, para
desarrollar en el presente año dentro del Municipio y conforme se detalla:
Nº
Escuela V/r Total
1
La Romelia $ 39.155.51
2
El Tablazo $ 35.381.06
3
Surrumbi $ 36.138.22
4
La Miranda $ 37.134.99
5
Tamboral $ 31.459.31
6
Santa Bárbara $ 32.562.14
7
Alto Arauca $ 36.688.11
8
La Patria $ 33.715.45
9
Morro Azul (San José) $ 45.602.30
10
La Cancana $ 32.410.61
___________
SUMAN...................... $ 358.247.70
El
Acuerdo fue aprobado por el Concejo y firmado por su Presidente Arturo Hoyos
Gómez y el Secretario, Alejandrino Grajales L., y recibió la sanción del
Alcalde Virgilio Vélez Henao y el Secretario, Fredy Chica Suárez.
En
Noviembre 8 de 1964 durante la Alcaldía de Miguel Correa Rodríguez, el Concejo
Municipal mediante Acuerdo Nº 001 “Adicionó
el Presupuesto de Rentas y Gastos de la vigencia en la suma de Diez Mil Pesos
($ 10.000.oo M/CTE), procedentes del auxilio nacional para efectuar la
Construcción de la Escuela Rural de Santa Lucía, en la Vereda de Montecristo”.
El
26 de mayo de 1972, el Concejo Municipal, siendo su Presidente Ángel Epitacio
Herrera R., y su Secretaria, Oliva Román Valencia, aprobó el Acuerdo Nº 003,
sobre nuevas construcciones de escuelas rurales, para lo cual autorizó al señor
Alcalde, Heberto Granada Mora, para “la
construcción de escuelas en las veredas de “Guacaica”, “Quiebra de Varillas” y
“El Cairo”.
Y,
por último, fuera de la construcción de las escuelas anteriores, el municipio
también se interesó en la reparación de las existentes, para lo cual siempre
incluye en los presupuestos de Rentas y Gastos, auxilios para las mismas,
acudiendo, en muchas ocasiones, a préstamos bancarios. De la forma anterior,
las autoridades locales han colaborado con la ciudadanía en forma efectiva y
dinámica para sacar avante el desarrollo educativo municipal.
ESCUELA DE VARONES “BALTASAR
ÁLVAREZ RESTREPO”
Fue construida en una parte alta del
camino para Carboneral, llamada por las gentes el “Barranco de la escuela”,
frente a Tres Esquinas. Era una escuela de bahareque y calicanto con techo de
tejas, ventanas de madera y un amplio patio para el recreo. Conservó su nombre
hasta 1969 cuando empezó a denominarse Concentración “La Salle”. Por sus aulas
pasamos varias generaciones de risaralditas que recibimos la enseñanza escolar
tradicional: Palabra – tablero negro – tiza – nuevos conocimientos, de maestros
bien intencionados que aún recurrían a la férula como medio de castigo.
Asignaturas de primaria en 1961
Por
los años 60 el pensum oficial que regía para la enseñanza primaria era el
siguiente: Asignaturas: Lectura, Escritura, Redacción, Lenguaje, Ortografía,
Matemáticas, Cívica, Geografía, Historia, Religión, Dibujo y Ciencias
Naturales. Y Otras Actividades que incluían: Obras Manuales, Canto, Educación
Física, Puericultura, Labores agrícolas, Culinaria y Costura.
La vieja escuela “Baltasar Álvarez
Restrepo”, hacia 1950. Se observa en primer plano al maestro Hernán González
Kuntze (Foto de Moisés Gallo).
Maestros y maestras de la Escuela
“Baltasar Álvarez Restrepo”:
De
los archivos escolares se lograron rescatar los siguientes nombres de maestros
y maestras que laboraron en esta escuela:
Profesores 1961 – 1966: Enrique
López Botero, Aldemar García Ortiz, Hildebrando Arroyave, Nevardo González
Ospina, Guillermo Gómez Ramírez, Hildebrando Rendón Puerta, Alberto Agudelo
Bedoya, Héctor Moncada Ovalle, Roberto Gaviria M., Albeiro Puerta M., y
Bernardo Osorio G. En 1967: Lucy
Amparo Patiño M., Gloria Aguirre F., Orlando Rincón L., Libia González G.,
Doris Arias Ospina, Cristóbal Ruiz A., Rubiel Restrepo O., Carmen Edith Ossa
V., y Zahir García Velásquez.
– Tropa Scout Nº 17 “Angaska”
Entre
los movimientos infantiles y juveniles que lucharon incansablemente por la
trasformación dinámica y espiritual de Risaralda, en todos los campos
vivenciales, hay que destacar la Tropa Scout Nº 17 “Angaska”. Su historia se
remonta hasta el año de 1956, fecha en la cual bajo los auspicios del señor
Abelardo Vargas, director de la Escuela Urbana de Varones “Baltasar Álvarez
Restrepo”, se organizó la primera tropa, con la dirección del señor Vargas,
gestor de la idea. Entre los scouts de esa época podemos citar a William
Alzate, Alfonso Acevedo y Hernando Oliveros.
En
1965 toma la jefatura del Grupo el entonces director de la escuela, don
Belisario Ramírez. La Tropa 1, como se le llamaba, tuvo entre sus integrantes a
Gustavo Cañas, Libardo Raigoza, José Germán Montealegre, William Osorio, Fabio
Ossa, Rubén Darío Vélez, Albeiro López, Darío Aguilar, Fabián Vásquez, José
Fernando López, Jorge Gaviria, Darío Vargas, Fernando Duque, José Fernando
Giraldo y Antonio Gallego.
Don
Belisario la dirige hasta su traslado a otra población del departamento, razón
por la cual la Tropa entra en un receso que se prolongó hasta 1972, año en que
se organiza la Tropa Scout Nº 17 “Angaska”, vigente hasta el 2005. Ésta fue
inscrita ante el Dr. Néstor López, Jefe Regional Scout, quedando representada
por los siguientes directivos: Dr. Benjamín Henao Alzate, como Presidente del
Consejo Scout; Fabio Vélez Correa, como Jefe de Grupo; y Fernando Escobar
Giraldo, Jefe de Tropa.
Dirigieron
la Tropa Scout, Hernando Román Osorio, Luis Fernando Valencia Ocampo y José
Fernando Rendón Martínez, quien se desempeñó en el cargo por espacio de diez
años consecutivos, disciplinando y adiestrando a más de ciento cincuenta
jóvenes quienes pasaron por la institución, dejando una huella de servicio a la
comunidad risaraldita, grande e inolvidable. La labor del Dirigente Rendón
Martínez fue premiada por la Directiva Scout Nacional, al concederle el
galardón “Mejor Dirigente Scout 1983”.
El
Grupo Scout de Risaralda figuró hasta hace algunos años, como uno de los
mejores del departamento, por su organización, disciplina y formación scout,
lograda mediante diferentes cursos realizados en varias ciudades del país.
Además obtuvo distintos galardones, distinciones y copas en varios campamentos
regionales en que participó.
Debido
a la gran labor social desplegada por la Tropa Scout en los diversos eventos
realizados en la población, sentando como precedente el de la proyección
dinámica de la juventud, al poner en alto los programas y filosofía legados por
Sir Baden Powell, el H. Concejo Municipal acordó donarles un local para sede propia,
ubicado en el Centro Cultural y Educativo “Angaska”.
Así
la Tropa Scout Nº 17 “Angaska” siguió avante en su callada y efectiva promoción
cívica de nuestras juventudes, cumpliendo dignamente con su lema: “Siempre
Listos”. Hoy en día está en receso, a la espera de una nueva agrupación de
jóvenes que quieran compartir los ideales scout.
Maestros
de la Concentración “La Salle”: Elí Pineda, Director, Carmen Edith Ossa, Doris
Arias, Cristóbal Ruiz, Fernando González, Pedro Nel Arias, Serafín Tapasco y Osmildo
Cadavid (septiembre de 1968).
CONCENTRACIÓN “LA SALLE”
Hacia 1974 la vieja escuela “Baltasar Álvarez
Restrepo” fue derruida para dar paso a la nueva construcción escolar, moderna,
higiénica y acorde con los nuevos cánones de las construcciones escolares,
realizada por el Instituto Colombiano de Construcciones Escolares (ICCE). Y
como el cambio debía ser completo, cambió su nombre por el de Concentración “La
Salle”, como se conoce en la actualidad.
Siempre
contó con la ayuda de las administraciones municipales para lo relacionado con
construcción de nuevas aulas, refacciones locativas, organización del parque
infantil donado por la Colonia de Pereira durante la celebración del
Sexagenario de Creación Municipal en 1976, y compra de material didáctico.
Para
su buen funcionamiento la Concentración Escolar siempre contó en años pasados
con las siguientes instituciones: Sociedad Cívica, Cruz Roja Estudiantil,
Ornato y Embellecimiento, Club de Nutrición, Ecología, Deportes, Periódico,
Bibliotecario, Actos Sociales, Liga del Buen Decir, Grupo Escénico, Amigos de
la Naturaleza, Ropero Escolar, Izadas de Bandera y Material de Enseñanza.
El
17 de Junio de 1983, se inauguró la obra realizada por el ICCE, que había sido
iniciada el 27 de agosto de 1980, y que fue entregada oficialmente por el
ingeniero José Fernando Zuluaga al señor Alcalde Julio Ocampo Yepes. La obra
consistió en Zona Administrativa que comprende dirección, secretaría, sala de
docentes, sala de espera y servicios sanitarios. Terminación del restaurante
escolar, reparación de servicios sanitarios y colocación de puertas metálicas.
Fechas notables y Curiosidades
Extractadas del Historial de la
Escuela:
·
1972. Mayo 23, martes. En las horas de
la mañana, el señor Pablo Escudero se presentó al plantel para dar comienzo a
dos aulas más las cuales fueron patrocinadas con auxilios del municipio.
·
1973. El 23 de octubre, en las horas de
la tarde se licenció la comunidad porque el profesorado tenía que acudir ante
el Delegado Municipal de Censo, para recibir los formularios y las últimas
instrucciones para el día 24 de octubre. Además dichos profesores debían en esa
tarde recorrer las áreas de las manzanas para fijar el trabajo de los
recolectores.
·
El
24. Miércoles. En este día no hubo clases por encontrarse el país y el pueblo
paralizados por el Censo Nacional XIV de Población y el III de Vivienda.
·
1974. Febrero 22. En este día quedó
encargado de la Dirección del plantel el profesor Silvio Cardona G., porque el
titular Luis Eduardo Calderón G., viajó a la ciudad de Manizales para adelantar
ante el gobierno departamental y Director del ICCE la continuación de la
construcción de la escuela, ya que la existente amenaza ruina.
·
Marzo
18, lunes. En este día se inició la demolición de la construcción vieja que
pertenecía a la escuela inservible. Dicha demolición la inició el Personero
Municipal Alonso Grajales, debido al peligro que amenazaba para la comunidad.
·
1975. Julio 31. En este día el
establecimiento tuvo una gran visita: Siendo las 10.30 a.m. se presentó a la
Concentración la Secretaria de Educación del Depto Doña Dilia Estrada de Gómez,
acompañada del Dr. Hernán Bedoya Serna, Jefe de Secundaria y el Licenciado
Hernán Ramírez Aristizábal, Jefe de Primaria, como también el Señor Supervisor
de la Zona don Hernán Giraldo.
La visita se trataba de la
organización de una Junta de Educación en el Municipio integrada por los
Directores de los distintos establecimiento educativos de la ciudad; la
Administración del municipio: Alcalde, Personero y Tesorero, igualmente el
señor Cura Párroco Pbro. Bernardo Vieira Betancourt.
·
1976. El 19 de julio de, se dio
comienzo a las fiestas del Sexagenario de Risaralda (60 años de vida
administrativa), por lo tanto la Secretaría de Educación concedió permiso a los
establecimientos educativos, tanto urbanos como rurales, para celebrar la
Semana Cívico Cultural en esta fecha.
·
El
26 septiembre, una comisión de la Colonia de Pereira llegó para hacer entrega
al señor Alcalde César Gutiérrez Sánchez y al Director del plantel Luis Eduardo
Calderón Gutiérrez, del parque infantil. A esta colonia se le brindó un
almuerzo por parte de la administración, en colaboración con el profesorado de
este plantel.
·
1978. Marzo 7, lunes. Visitaron el
plantel el Sr. Alcalde Jorge Iván Ocampo, Tesorero Libardo Villada M. y el
señor Personero Ramiro..., para tomar datos del costo de las obras que faltan
por terminar y para colocar de inmediato obreros para la pronta conclusión.
·
1979. Febrero 14. Se presentaron al
establecimiento las Señoritas enfermeras a comunicar al profesorado de los
grados primero y segundo, que el próximo lunes iniciarán la vacunación contra
sarampión a los niños menores de siete años.
·
1980. El 24 de marzo, y con un auxilio
conseguido por el diputado Hernando Arias se iniciaron trabajos para la
construcción de un aula a continuación de la dirección, que se utilizará para
T.V.E. o restaurante escolar.
·
El
25 de marzo, hubo una manifestación pacífica en solidaridad por el problema
actual de la Escuela Magdalena Ortega de Nariño por encontrarse inservible por
los daños ocasionados en el último temblor. Participó la jornada superior a
excepción del profesor de 4º B don Pascual Henao Díaz.
·
1981. Marzo 25. En esta fecha, practicó
visita el Sr. Supervisor Don Sigifredo Sánchez a los profesores Germán Ocampo
Correa y Silvio (...) quienes trabajan en la zona rural, por insinuación del
Señor Supervisor dictaron sus clases a niños de este plantel; escogieron los
grados quintos. Los citados profesores necesitan acta de visita para recibir su
título de Normalistas.
·
El
27 de agosto, en las horas de la tarde se realizó el concurso de cometas, que
fueron confeccionadas por el alumnado con la dirección y ayuda de las
profesoras de ayudas educativas Doris Uribe de Valencia y Julialba Ríos. La
premiación para este evento, fue obsequiada por el señor Alcalde que fue
solicitado por la profesora de educación física, Señorita Rosa Emilia González.
De los fondos escolares se retiró la suma de doscientos pesos, que fue
invertido en la compra de dulcería para el alumnado.
Este certamen se realizó en el
sitio denominado la “Cumbre”. Los alumnos que no confeccionaron cometas, se
quedaron en la escuela dirigidos por el profesor Pascual Henao quien organizó
algunos juegos para todos.
Cabe anotar que se debe tomar el evento
anterior, como un precursor de lo que sería más adelante el Festival del
Viento, que empezó a realizarse en la población a partir de 2013 y que incluye
concursos de cometismo y parapentismo y, en ocasiones, muestras de
aeromodelismo.
Parque infantil donado por la
colonia de Risaralda residente en Londres a la escuela La Salle
·
1982. Octubre 24. En esta fecha y de 8.00
a.m. a 1.00 p.m., se realizó el primer convite para la pavimentación del patio,
bajo la dirección del señor Personero Municipal Don Felipe Acevedo. El señor
Alcalde ordenó el pago del Sr. Oficial como también el material para la obra
consistente en arena, balasto y cemento.
A este fueron invitados los
profesores de grado quinto como también los alumnos y padres de estos. Hubo una
buena concurrencia.
·
1983. Junio 17. Viernes, 2.00 p.m.
Inauguración obra del ICCE. En esta fecha se realizó la inauguración de la obra
realizada por el ICCE, que había sido iniciada el 27 de agosto de 1980 y fue
terminada el 6 de mayo del año en curso, fecha en la cual fue entregada
oficialmente por el ingeniero José Fernando Zuluaga al señor Alcalde Julio
Ocampo Yepes.
La obra consistió en Zona
Administrativa que comprende dirección, secretaría, sala de docentes, sala de
espera y servicios sanitarios. Terminación del restaurante escolar, reparación
de servicios sanitarios y colocación de puertas metálicas. Fue iniciada bajo la
dirección del Doctor Fabio Carvajal y concluida bajo la dirección del Doctor
Julio César Ramírez.
Al acto fueron invitados
Representantes del ICCE y de todos los estamentos Municipales.
·
1984. Junio 15. En las horas de la
mañana fue visitado el establecimiento por la Señora Secretaria de Educación
Dra. Martha Ligia Trujillo de M., en compañía del Jefe de División Administrativa,
Dr. Hernán Bedoya Serna y el Jefe de Extensión Cultural de Caldas Dr. Nelson
Serna y con algunas personas de la localidad. Las profesoras Blanca Emma Alzate
y Lesmayda Ossa de A., ofrecieron una copa de champaña; a continuación hubo una
reunión en el Colegio Integrado María Inmaculada donde fueron tratados varios
puntos relacionados con la Semana Cultural y Deportiva.
·
Agosto
14. A las 3.00 p.m., el profesorado y alumnado de la jornada de la tarde
asistió al sepelio del Sr. Iván Ocampo quien prestaba sus servicios como
secretario de la Alcaldía y que fue Alcalde de este Municipio en dos
oportunidades.
Maestros y maestras de la
Concentración “La Salle”
Desde 1967: Helí Pineda (Director),
Luis Eduardo Calderón Gutiérrez (Director hasta 1979), Héctor Tapasco
Reyes, Libia González G., Mariela Giraldo Robledo (Directora desde 1980),
Cristóbal Ruiz A., Rubiel Restrepo O., Pedro Nel Arias López, Julialba Ríos
Ossa de V., Carmen Edith Ossa V., José Osmildo Cadavid González, Martha
Jaramillo de Gómez, Doris Uribe de Valencia (Inspectora Local de Educación en
1984) y Óscar Alonso Taborda. Desde 1973,
Alirio Duque Muñoz, Ómar Alzate, Silvio Cardona González, Elsy Ossa Valencia,
José David Olaya Cifuentes y Albeiro López Ortega. Desde 1974, Alberto Valencia Carvajal, María Dolores Hernández de
Marín, Hernán Hoyos Márquez, Alberto Arias Carmona y Cenelia Soto de Gañán.
Desde 1975, Martha Lucía Ojeda de V., Amanda
Neira Vda. de Correa, Carmen Aldrey Gutiérrez de Tabares, Irma Cardona de
Acevedo, Rosa Díaz Gómez de Moncada, Roselly Arroyave L., Édgar Cardona
Hincapié, Adalgisa Morales Vásquez, Leonel Marín M., Horacio Hernández Henao y
Carlos Alberto Duque C. Desde 1976,
Enoc de Jesús Bañol García, José Ovidio Betancourt López y José Joaquín Murillo
M. Desde 1977, Edith González de
López, Pascual Henao Díaz y Jairo Rodolfo Martínez Peña. Desde 1978, Nelson Giraldo Álvarez, Nidia Rendón B., y Luz Dary
López Chica.
Desde 1979, Lesmayda Ossa de Acevedo y María
Celmira Ocampo de Raigosa. Desde 1980,
María Rubiela Largo de Moncada, María Fanny Acevedo de Pérez, María Edith
González de López, Ovidio Betancourth López, Mª Nidia Rendón de Arroyave, Luz
Marina Hoyos O., Luz Enith García de Riobó, Rosa Emilia González Jaramillo,
Gloria Inés Ramírez de Herrera, Martha Lucía Gaviria Montoya, Fanny Salazar
García y Ricardo Sánchez Franco: Educación Física. Desde 1981, Gloria Nancy Marín Castañeda. Desde 1983, Rosa Rivera Osorio, Luz Dary Marín Guerrero y Blanca
Emma Alzate Cuervo. Desde 1986,
Gabriela Díez Chalarca, Germán Ocampo Correa, Gerardo Álvarez Quiceno y Teresa
Bermúdez. Desde 1990, Adriana
Quintero Osorio, Aidaleda Acevedo Martínez, Luz Fanny Osorio, Rosa Rivera,
Adriana María Acosta, Doralba Blandón y Eunice Sánchez de Londoño.
Trabajos de
pavimentación en el patio de la Concentración La Salle, hacia 1970.
Sobre validaciones de la Primaria
A
mediados del siglo XX era frecuente que los adultos, nacidos en las primeras
décadas del siglo, hubieran cursado a lo sumo los primeros años de la primaria,
por lo cual buscaran validar los estudios primarios. Para su fortuna, el
Ministerio de Educación lo permitía a través de las escuelas oficiales de los
municipios.
En
Risaralda esta labor la realizaron la Escuela La Salle y la Magdalena Ortega.
Veamos como ejemplo la validación de Don Joaquín Álvarez Alzate, líder cívico y
comerciante:
Según
Oficio # 160, emanado de la Secretaría de Educación, División Administrativa, “se autorizó al director del Plantel para
practicar los exámenes correspondientes al grado Quinto de primaria al señor
Joaquín Álvarez Alzate. El mencionado
señor se presentó a dichos exámenes verificados en esta Concentración, obteniendo
las siguientes calificaciones:
MATERIAS
CALIFICACIONES
Matemáticas
4.50 cuatro cinco cero
Español
4.30
Estudios Sociales 4.50
Ciencias Naturales 4.50
Educación Religiosa y Moral 4.00
Para constancia se firma y sella en
Risaralda Caldas a los 24 días del mes de junio de 1970.
Luis
Eduardo Calderón G., Director
(Escuela La Salle)”.
De
igual forma, mediante autorización según Oficio Nº 4 de junio 15 de 1971,
validaron su Primaria: Aurelio Acevedo Botero, Germán Peláez González, Fabio
González Gómez y Nidia Rendón Blandón. Y el 29 de marzo de 1974: Nelly Bermúdez
de Bermúdez, Blanca Valencia de Zapata, Esther Julia Franco de Tamayo, María
Cristina Ramírez de Giraldo y Gildardo de Jesús Acevedo Zapata.
ESCUELA URBANA DE NIÑAS “MAGDALENA
ORTEGA DE NARIÑO”
Ha sido la escuela de niñas tradicional del pueblo y
siempre ha ocupado el espacio en que hoy funciona, en la carrera segunda a una
cuadra de la plaza de Bolívar. Hace pocos años se construyó la nueva planta
física, porque la anterior corría peligro de derrumbarse como consecuencia del
terremoto de 1982. A
continuación incluimos algunas fechas y acontecimientos, entre importantes y
curiosos, que han marcado su vida institucional y que han sido extractados de
su Historial.
Fechas notables y Curiosidades
·
1963. Marzo 5. “Aparece
el periódico ‘Ideal Femenino’ por vez primera este año, dirigido por el Año
5º”. Fue la primera publicación escolar de Risaralda. Se desconoce cuál era su
formato, sistema de edición y contenido.
·
Marzo
8. “En horas de recreo de la mañana se presentó
el Padre Salazar, a organizar un coro para la Santa Misa y también la Cruzada
Eucarística”. Es bueno anotar que era normal la intervención de la Iglesia en
la formación de los escolares de la época.
·
1964. Mayo 19. En la Escuela “Magdalena
Ortega” se pasó, de acuerdo con la profesora, una niña del 4º A al 4º B por
inconvenientes de disciplina y mal entendimiento. Fue citada la madre de la
niña, ésta concurrió a la cita y tuvo un altercado con Doña Mariela, profesora
de la niña.
·
Septiembre
21. “Hoy no hubo agua en el pueblo, por lo tanto los Bomberos de Anserma
echaron agua al tanque y sanitarios”.
·
Septiembre
22. “Como sigue el agua sin llegar, el Inspector de Higiene por medio de una
Resolución, ordenó el cierre parcial del plantel”.
·
1967. Mayo 31. “A las 3.30 p.m. se
celebró aquí en la Escuela la Santa Misa, ofrecida por el Presbítero Joaquín
Salazar, Vicario Cooperador de la Parroquia. Hubo una gran asistencia por parte
del personal, como gente particular, llenándose el patio y los corredores. Se
recogió con destino a la escuela, una limosna de $20.70”.
·
Julio
22. “Vino el Padre Salazar a organizar la Congregación de Hijas de María con
las niñas de 12 años en adelante”.
·
1968. Marzo 27. “Empezaron los
ejercicios cuaresmales para los niños, con pláticas en la Iglesia Parroquial
durante los días 27, 28 y 29, con dos pláticas diarias 10 a 10.45 a.m. y de 3
p.m. a 3.45 p.m.” Como en el País aún tenía vigencia el Concordato con la Santa
Sede, era obligatoria la celebración de estos ejercicios espirituales en la
semana anterior a la Semana Santa.
·
Marzo
30. “No se dio estudio por una sugerencia de los sacerdotes de la Parroquia,
dar las tres horas libres como una felicitación a las niñas que salieron de
ejercicios. También en este día, a las 10 a.m. fueron consagradas las Hijas de
María de esta escuela.
·
Abril
17. “Por invitación de la Junta de Deportes del Municipio, las profesoras, las
alumnas y la Banda de Guerra se hicieron presentes en el desfile que
organizaron con motivo de la llegada del futbolista Gustavo Santa Pulgarín.
Invitaron para la 1.30 p.m. y el señor Santa llegó a las 2.35 p.m. y a esta
hora empezó el desfile por las carreras principales de la ciudad. Por este
motivo no se dictó clase en las horas de la tarde. Para la participación en
este programa se tuvo en cuenta la opinión del Profesorado”.
·
Mayo
6. “A las 2.15 p.m. nos reunimos en la Secretaría de la escuela los Directores
del Colegio “San Joaquín” y “María Inmaculada”, Sra. Margot Londoño de
Calderón; de la escuela “La Salle”, señor Helí Pineda y de la escuela
“Magdalena Ortega”, señora Margarita Restrepo de Corrales, para acordar el
programa para la celebración de la fiesta de la Madre, el próximo domingo 12 de
mayo.
·
Julio
2. A las 4.30 p.m., el señor Inspector local de Educación, señor Helí Pineda,
hizo entrega a la Directora y a la Ecónoma, Sra. Fabiola Calle de Arias, de los
elementos donados por Caritas, consistentes en: 2 bultos de leche, 1 saco de
harina de maíz, 2 sacos de bulgur (¿?) y 1 caja de aceite.
·
1969. Octubre 31. “A las 3.30 p.m., se
hizo presente el señor Gerente de la Caja Agraria, don Agobardo Benítez, en
compañía del señor Cajero, con el fin de asistir a la hora cultural, cuyo
programa estaba relacionado con la celebración del Día Universal del Ahorro. Durante
el acto él habló al alumnado sobre la importancia del Ahorro y luego al final
rifó y adjudicó premios a los mejores trabajos y a las niñas que tenían cuenta
en la Caja de Ahorros”.
·
1970. Marzo 11. “En las horas de la
mañana se hizo presente el señor Supervisor Don Francisco Luis Castro. En este
mismo día en las horas de la tarde se licenció todo el personal a las 3.30 p.m.
por una fuerte lluvia y nubes muy bajas, que ocasionaban mucha oscuridad en los
salones y no se podía trabajar”.
·
Septiembre
21. Fueron entregados al 1º A de la profesora Ana Eva Vélez de Montealegre, los
siguientes útiles: 15 Cartillas Hagamos
Matemática, 6 Cartillas Nueva Charry,
9 Mi Primer Libro de Lectura, 2
Cartillas Cometa, 1 Cartilla Arboleda y 1 Hombre Patria y Naturaleza. Estos libros
fueron enviados por el Ministerio de Educación Nacional.
·
Septiembre
28, 29 y 30. “Con el fin de trabajar en el periódico ‘Risaralda Educativo’, ha
licenciado el personal de 1º A, la profesora Ana Eva Vélez de Montealegre”.
Esta fue otra publicación periodística de Risaralda, de carácter escolar.
·
1971. Agosto 16. “El Sr. Supervisor don
Joaquín Ruiz hizo visita a la escuela y refundió los grupos primeros en Buenos,
Regulares y Malos. Los Buenos le tocaron a doña Mariela Trejos. Los Regulares a
doña Gloria Jaramillo. Y los Malos a la Señorita Nohemy Giraldo”. ¡Curioso el
dato!... ¿No?
·
1973. Junio 7. “A las 2 p.m., asistimos
a un cursillo de Religión con la presencia del señor Obispo de Pereira,
Monseñor Baltasar Álvarez Restrepo, el párroco de esta Padre Bernardo Vieira y
el Cooperador Jorge Giraldo Gómez. Se hizo presente el magisterio rural y
urbano y los dos profesores del Colegio que dictan Religión”.
·
Octubre
12. Asistencia de los grupos terceros, cuartos y quintos a misa en la Iglesia
Parroquial a las 9 a.m. Concentración en la Plaza de Bolívar de todas las
entidades y comunidades. Desfile hasta la Gruta. Discurso del Dr. Héctor Helí
Orozco y Siembra del árbol a cargo de las Damas Rosadas.
·
1974. Doña Margarita Restrepo de
Corrales asumió, como Directora de la escuela, la redacción del Historial escolar
hasta 1981. Como nueva redactora, es curiosa la forma en que inicia el nuevo
recorrido histórico de la Escuela de Niñas de Risaralda, con un texto entre
informativo y, en cierta forma, “literario”. Leamos:
Febrero 4. “Fue una mañana hermosa
de verano, cuando pudimos contemplar el aseo de la escuela, el jardín tan
florido y lo hermoso del paisaje cuando el Señor Supervisor don Raúl Cárdenas,
manifestó que le habíamos dado sorpresa con la organización de la Escuela”.
·
Febrero
21. “Las señoras: Sonia de Álvarez, Aleyda de Marín, Miryham de Giraldo, Ruby
Nelly Zuluaga, Teresa Grisales, Gloria Valencia, Marina de Molina y otras,
recibieron las tesis para la validación del quinto elemental en esta escuela”.
En otras palabras, pudieron legalizar sus estudios de primaria mediante un
trabajo, acción que estaba aprobada por el Ministerio de Educación Nacional y
que facilitó legalizarlos a muchas de las personas del pueblo que no la tenían
cursada.
·
Marzo
26. “El Señor Supervisor de la Zona, don Manuel Murillo, entregó en esta
oficina la tiza con destino a las escuelas rurales, lo mismo que los talonarios
de citación a los padres de familia. Tocando a cada escuela una caja de tiza,
advirtiendo que está muy mala”. ¡Sobran los comentarios!
·
Mayo
27. “En las horas de la mañana a la niña Martha Lucía Marín le fue arrebatada
de la cabeza una ebilla (sic), por tal motivo fueron sacadas al patio todas las
niñas faltando 10 minutos para las 11 a.m. para hacer la observación. De la
parte alta fue tirada al patio la ebilla (sic) y entregada a la dueña”. Se
desconoce quién la arrojó.
·
Junio
14. “El Centro de Capacitación Los derechos del Hombre, hizo su clausura con la
exposición de modistería, mecanografía y sastrería, de las 8 a.m. hasta las 2
p.m., en que se presentó a visitar el Jefe de Alfabetización Don José Miguel
Zuluaga. En las horas de la noche de 8 a 10 se hizo el acto de clausura con la
asistencia de don Manuel Murillo M. como Supervisor departamental de Educación
y autoridades civiles, eclesiásticas y militares, como también numeroso
público”.
·
1978. Marzo 6. “Por vararse en la
carretera, no llegó a tiempo al trabajo la Profesora Doralba Blandón”. Es
cierto que por esas calendas el transporte a Risaralda era muy malo, apenas lo
prestaban La Empresa Arauca y Flota Occidental y la periodicidad era reducida,
pero ello no justifica la inasistencia de la maestra, de ahí la anotación en el
Historial.
·
Abril
3. “En las horas de la mañana todas las Profesoras se hicieron presentes, lo
mismo que el personal, a pesar de la mañana tan lluviosa, pues sólo escampó a
las 8.35 de la mañana”. ¡Como si la lluvia fuera disculpa para no asistir a
clases!
·
1979. Febrero 23. “A las 11.45 a.m., el
piso de la cruz roja, archivo, bodega y parte del salón de 5º A y 2º A, se
desplomó porque las vigas, muy malas, por lo cual todo el personal se licenció
por evitar una catástrofe. En las horas de la tarde se avisó al Supervisor
Ovidio Pineda que se encontraba en Manizales, también se avisó al señor Alcalde
Luis Carlos Raigoza, y al Tesorero Samuel Chalarca, quienes se trasladaron para
el lugar de los acontecimientos y ayudaron con el celador de la escuela Pedro
Nel Martínez a sacar todo para el salón de 1º y de 5º B. Luego los oficiales se
pudieron a trabajar por orden de la primera autoridad municipal, los cuales
trabajaron todo el viernes y el sábado”.
·
Febrero
27. “La Directora Margarita Restrepo de Corrales, con la profesora Mariela
Trejos de Vélez, viajaron a Manizales, para la aprobación de la fianza para el
manejo de fondos nacionales. También visitaron al señor director de Planeación
Deptal Carlos Arboleda, a quien le informaron lo relacionado con la escuela, el
cual mostró los planos de la escuela, dijo que visitaría la escuela el lunes 5
de marzo. Se le informó al Señor
Secretario de Obras Públicas, doctor Miguel Rueda Valdés, quien mandaría
ingenieros para este fin. Se habló con el Jefe de primaria don Ernesto Quintero
el cual había sido informado por el Supervisor”.
·
Marzo
7. “A las cinco de la tarde visitaron la escuela arquitectos de planeación y
aconsejaron colocar en cada salón seis columnas, lo mismo que cambiar las dos
del corredor del 2º piso y tres del primero, no ocupar los salones del tercer
piso”.
·
Mayo
2. “Se empezó a celebrar el mes a la Santísima Virgen, con el rezo del santo
Rosario y arreglo del monumento donde está la imagen de Nuestra señora de
Fátima, esto por grupos”.
·
Mayo
3. “Se organizó el altar a la santa Cruz haciéndose un homenaje especial con el
rezo de los mil Jesús”.
·
Junio
12. El Secretario de Educación Bernardo Cano Molina dejó la siguiente
constancia en el Historial de la Escuela Magdalena Ortega: “De paso por la
ciudad de Anserma, hicimos una rápida visita de inspección a las instalaciones
físicas de la escuela cuyo estado es lamentable y, por tanto, merece y necesita
el urgente apoyo del gobierno para la construcción de un nuevo local. En
materia académica y disciplinaria, encontramos que su situación es excelente”
(Aparecen su firma y la de Joel Duque, Jefe de Primaria).
·
1980. Julio 24. “La Señora Gobernadora
de Caldas, doña Dilia Estrada de Gómez, visitó la escuela en compañía del
ingeniero Pedro Yezid Vélez Trejos, del señor Alcalde Teniente Alejandro
González Espitia, del señor Personero Héctor Ocampo y de la suscrita Directora
Margarita Restrepo de Corrales. La Señora Gobernadora autorizó al Ingeniero
antes mencionado para dirigir la armada de las aulas prefabricadas que dio para
esta escuela, lo mismo que la construcción de dos aulas en la parte demolida.
De manera que la Directora agradece de una manera muy especial a la Señora
Dilia Estrada de Gómez, Gobernadora de Caldas, las aulas por un valor de un
millón trescientos mil pesos (1.300.000 $), nuevamente muchas gracias”.
·
Agosto
19. “He dialogado con la niña Flor María Cuervo –comenta doña Margarita–, ya
que se relaciona con el novio a lo cual se compromete a comportarse dignamente
como niña de 11 años, de lo contrario se notificará a su señor Padre quien la
matriculó”.
·
1981. Marzo 6. “La Directora del Colegio
María Inmaculada pasó para la escuela unos pupitres de madera buenos, regulares
y malos. Estos no se aceptaron porque no servían para nada”.
·
1982. Julio 16. “En esta fecha recibí del
Sr. Tesorero un cheque por valor de $ 1.676.oo un mil seiscientos setenta y
seis pesos M/Cte., para cancelar cuenta de teléfono, deuda contraída por
concepto de llamadas de los Señores militares en el tiempo que permanecieron en
este establecimiento durante las elecciones de marzo”, comenta doña Margarita.
Profesoras de la “Magdalena Ortega
de Nariño”
Magally López de Toro fue su Directora en 1960. Desde 1963, Carmen Meza H. –
Directora, 1963-1966), Margarita Restrepo de Corrales (Directora, 1967-1981),
Maruja Ovalle de M., Ana Eva Vélez de M., Mariela Trejos de Vélez, Isabel Pérez
C., Libia Bonilla e Idalia González O. Desde
1964, Adiela Giraldo, Olga Ossa de Acevedo y Orfelina Ospina de Idárraga. Desde 1965, Tulia Suaza de L., y María
de Jesús Marín de González. Desde 1966,
Rosalba Marín de Arango. Desde 1967,
Carmen H. González. Desde 1968,
Rubiela Grajales de Osorio, Nohemy Giraldo Benjumea, Carmen Luisa González,
Aracelly Rendón y Fabiola Calle de Arias. Desde
1970, Lucelly Palacio, Amparo Lopera, Sulay Santa de Alzate y Zahir García.
Desde 1972, Ofelia Leal, Gloria Inés
Jaramillo de L., y Rosalba Villegas. Desde
1973, Lucrecia Osorio de Aguirre, Adelayda Giraldo Q., Carmen Edith Ossa
Valencia, Celina Bustamante de P., y Grimaneza Restrepo Franco. Desde 1974, Libia González de M., Elsy
Ossa Valencia, Aidée Ríos de Pulgarín, Adiela Mejía de V., Olga de Molina,
Martha de Gómez, Horacio Hernández, Luz Enith García, Carmen Edith de
Hernández, Amparo de León, Consuelo Jiménez y Roselly Arroyave. Desde 1975, Amparo Becerra Díaz, María
Olga Zuluaga y Adiela Mejía de Vanegas. Desde
1978, María Teresa Gómez, Lesbia Carvajal y Amparo Giraldo. Desde 1979, Alida Duque Vanegas, Luz
Amparo Restrepo de Rincón, Luz Mary Rave de Alzate y Doralba Blandón.
La Plazuela
en los primeros tiempos, al fondo lo que fuera el Colegio de Varones San
Joaquín. En la parte superior, la Escuela “Baltasar Álvarez Restrepo” (Foto de
Moisés Gallo).
COLEGIO OFICIAL “MARÍA INMACULADA”
Uno de los adelantos más grandiosos que ha
experimentado el campo educativo de Risaralda ha sido, sin lugar a dudas, el
desarrollo y fomento de la educación secundaria, sintetizada en el Colegio
Oficial “María Inmaculada”. Este gran esfuerzo local, bien merece incluirse en
el presente trabajo:
– Historia
El 3 de enero de 1958, el presbítero Adalberto Ramírez
Escobar, al posesionarse de la parroquia, avisó al pueblo sobre su intención de
fundar dos Colegios: uno masculino y otro femenino.
Siendo
Secretario de Educación el Dr. Juan Hurtado, se nombró como primer Rector al
sacerdote Leonardo Montoya, del Colegio “San Joaquín”, según Decreto Nº 0221,
en el día 10 de marzo de 1958. El 12 del mismo mes se inició la matrícula y
empezó a funcionar en un local cedido gentilmente por la parroquia. El 17 se
iniciaron labores con el siguiente personal: Hernán Arcila, encargado del año
5º elemental; José Bedoya, del 1º de Bto.; los doctores Gilberto Gómez, Héctor
Helí Orozco y Rafael Castillo. Funcionó con 46 alumnos.
El
Colegio permaneció cerrado durante cuatro años (1959–1962), por problemas
económicos.
Por
Decreto Nº. 034, del 11 de enero de 1963, se reabrió el colegio, siendo
nombrado Rector el señor Javier Sánchez Carmona; Secretario Tesorero, el señor
Jorge Enrique Cardona Arias. El total de alumnos matriculados fue de 29.
– Mentirilla piadosa
Respecto al rector Javier Sánchez Carmona, de poca
duración en la Institución, es bueno incluir su testimonio en primera persona,
amplio, completo y que dilucida aspectos de esos primeros años del colegio y su
incipiente desarrollo. Leamos:
“Por
Decreto N° 34 de febrero de 1963, el suscrito Javier Sánchez Carmona, fui
nombrado Rector del Colegio de Varones de Risaralda (Caldas). El 15 de febrero
de ese año, recibí del señor Tobías Bustamante Loaiza, Jefe de Enseñanza Media
del Departamento, recomendaciones generales relacionadas con mi tarea en este
municipio. Al llegar allí, encomiéndese a San Joaquín; así es el nombre del
Colegio. Luego, preséntesele al señor Pablo Escudero, Personero Municipal;
seguramente él será el principal colaborador de esta institución.
Al
día siguiente –sábado 16– llegué al pueblo, busqué el hotel para guardar mi
maleta; luego, entré al Templo, para seguir al pie de la letra las
recomendaciones del señor Bustamante.
Al
salir de la iglesia, busqué a don Pablo; con seguridad, don Tobías se quedó
corto cuando me habló de este señor; encontré en él al padrino número uno del
Colegio; parecía como si esta institución fuera uno de los ventrículos de su
corazón. Cuando me le presenté, dejó a un lado su labor del momento, y me llevó
primero a la Alcaldía para que tomara posesión de mi cargo. Luego, me acompañó
a la plazuela, tres cuadras abajo del parque principal. ¡Era un viejo caserón!;
dos salones; uno había de servir para la orientación de las clases; el otro,
para la oficina y allí mismo sería la iniciación de la biblioteca... ¡Cuánto
optimismo! Al fondo, un cuarto en donde funcionó una cocina, según el hollín de
las paredes. Al lado, un maloliente sanitario, sin tanque... sin agua. No sobra
recordar la falta del precioso líquido; en ese año –1963– no se contaba con el
servicio hídrico en Risaralda. A los huéspedes del hotel, sólo nos
proporcionaban un balde de agua para el baño una vez a la semana. Allá se
aprendió a vivir al estilo europeo: “baño pocas veces al año”. Para el
sanitario del plantel, muy de vez en cuando los vecinos nos proporcionaban un
balde de agua; no sé si por amor al incipiente colegio, o porque los olores
traspasaban las puertas y paredes para llegar a las alcobas del vecindario.
Regresando
a ese sábado de febrero, recuerdo otra deferencia de don Pablo: llevaba en sus
manos unos cuadernillos de papel de oficio rayado corriente, una caja de tiza,
y una vetusta, pero servible, máquina de escribir, útiles que dejaba para
labores de matrícula en la institución.
A
la semana siguiente, con mi compañero de labores, Jorge Enrique Cardona,
diligenciamos las matrículas e iniciamos labores académicas, con las
incomodidades, lógica consecuencia de lo expuesto en la descripción del viejo
caserón.
Ya
habían transcurrido varias semanas; quizá más del primer semestre, cuando
recibí, de una de las oficinas de la administración departamental, una carta
con regaño en tono mayor, según la cual, desde hacía muchos días había un
auxilio oficial para el Colegio San Joaquín de Risaralda, y estaba en peligro
de perderse “por la negligencia del Rector; quien nada había hecho por
reclamarlo”.
Ante
tal acusación, me presenté a esa oficina departamental con el fin de averiguar
por las diligencias necesarias para rescatar dicho auxilio.
A
Dios, gracias, por haberme permitido olvidar a esa encarnación del despotismo.
Así fue la respuesta:
–Presente
los documentos con informes de labores del Colegio.
–¿Cuáles
labores? –Pregunté.
–Informe
de labores de este año 63, y de los dos años anteriores.
–Pero
en 1961 y 1962 no hubo labores; este es el primer año de labores –respondí con
timidez.
–Eso
queda a cuenta de su iniciativa; no vaya a resultar que ese puesto ¡le queda
grande! Asustadísimo, salí de esa oficina; de lo nervioso quizá sufrí de orina
un gotereo. Regresé al pueblo, y entré al templo para encomendarme nuevamente
al Abuelo Materno de Jesús. Luego, visité a mi director espiritual, uno de los
sacerdotes de la Parroquia y le expuse la situación, convertida en enorme
problema de conciencia estrecha.
–No
debes ser tan pesimista –me respondió el clérigo. –Puedes inventarte un informe
de labores de esos dos años; ¡se trata de un acto en pro de la educación de
Risaralda!
–¿Y
el octavo mandamiento? –pregunté al cura– ¿acaso no estoy mintiendo?
–Es
una mentirilla piadosa –me respondió el sacerdote–; –es de esos pecadillos
veniales lavables con agua bendita y una bendición. Nos encomendamos a San
Joaquín; él nos ayuda a obtener el perdón.
–Padre
–le propuse–, Yo redacto los informes requeridos; el de este año es verídico;
lo firmo yo; el del año anterior –falso– también lo firmo yo; pero, el del año
antepasado, es decir 1961, lo firma usted; es un pecadillo piadoso, pero si la
Ley Civil los considera graves, yo no voy a la cárcel pues, usted, padre, por
gozar de fuero eclesiástico no será condenado y, “de carambola”, yo quedo
exento de culpa.
El
padre me aceptó la propuesta, cumplimos con los requisitos exigidos –tan sólo
papeles, como es de usanza en este país–. En febrero del año siguiente, ya
había sido nombrado el señor Hildebrando Rendón, como tesorero para el Colegio
y ya había firmado póliza de manejo, requisito “sine qua non” podía disponerse
del auxilio y, en consecuencia, el Colegio de San Joaquín ya empezaba a salir
de la absoluta e ilícita pobreza.
Sólo
me resta agregar que don Tobías Bustamante, casado con la señora Elvira
Arboleda Bermúdez, de Risaralda, había convertido este municipio en parte de su
alma y de su corazón. Al finalizar el año 63, don Tobías gestionó en el Colegio
Técnico de Santa Rosa de Cabal la donación de los tableros para la cancha de
baloncesto; con don Pablo Escudero fuimos, en la volqueta del municipio, hasta
Santa Rosa, para transportar tan valioso regalo.
Gracias
a don Tobías; gracias al sacerdote y gracias a don Pablo Escudero. ¡Aunque las
flores, otros se las ganaron!”
Lo
anterior corresponde al historial del Colegio de Varones “San Joaquín”.
NORMAL DE SEÑORITAS “MARÍA
INMACULADA”
En
cuanto a la Normal de Señoritas “María Inmaculada”, fue fundada en 1958 por
iniciativa del Párroco y con carácter de municipal. En 1961 adquirió el
carácter de departamental. La primera Directora fue la señorita Elisa
Echeverri; el total de alumnas matriculadas, 30 para el primer año. En 1959 y
1960 se crearon los cursos 2º y 3º, respectivamente. El tercer año de Bto., se
suspendió durante los años 1961 y 1962, para luego ser reabierto en 1963. Durante
los siguientes años, recibió varias visitas tanto de Inspectores Nacionales
como Departamentales.
En
el año de 1967 el gobierno departamental optó por fusionar el Colegio de
Varones “San Joaquín” y la Normal de Señoritas “María Inmaculada”, para
promocionar la educación mixta, ya que había grados que, en ocasiones, no
funcionaban por la escasez de personal de ambos sexos. Tomó entonces el nombre
genérico de Colegio Integrado “María Inmaculada”.
Iván Tamayo, Oliva Román, Margoth
Londoño de C., Fabio Vélez, Hernando Arias, Efrén Valencia y Libardo
Montealegre, en un evento de la Acción Comunal y el Colegio “María Inmaculada”,
hacia 1970.
Instalaciones locativas
En el aspecto locativo, el colegio funcionaba en dos
locales diferentes localizados, el uno en el sector de la Plazuela y el otro en
la carrera segunda, local que hoy ocupan el Directorio Liberal y el Cuartel de
la Policía, lo que dificultaba la labor de los docentes. Posteriormente se
adecuaron unas aulas en una vieja edificación, diagonal a la Alcaldía (la
antigua Casa Cural).
Para
entender un poco lo anterior, dejo mi testimonio cuando ingresé a laborar en
este colegio a finales de 1966:
“En
esos días, debíamos laborar en un caserón grande y antiestético, ajeno a las
mínimas normas pedagógicas, pero que con nuestro entusiasmo y deseo de hacer
algo por la educación risaraldita, se convertía en adecuado para nuestra
función educativa. Sólo había hasta Cuarto de bachillerato pero en nuestras
mentes persistía el ideal de complementar los servicios pedagógicos hasta un
anhelado bachillerato completo.
(…) Para los ocho profesores que
laborábamos en ese entonces, nuestro trabajo era un diario deambular de la Plazuela
Santana a la plaza de Bolívar, porque el colegio estaba fraccionado en dos
locales, correspondientes a los mismos en que funcionaban los dos
establecimientos enumerados antes. En un principio comenté de la labor en el
caserón de la Plazuela, pero con el acrecentamiento de los grupos, hubo
necesidad de recurrir a las aulas disponibles de la otra edificación, empleada
hasta entonces como oficinas, de ahí el continuo caminar a que nos veíamos
sometidos” (Fabio
Vélez Correa. Colegio Integrado “María Inmaculada”, Ecos del Círculo, 1974,
pág. 177).
Como
esta situación anómala no podía persistir, se tramitó por intermedio del ICCE
(Instituto Colombiano de Construcciones Escolares), con la colaboración directa
de los parlamentarios Guillermo Eastman Mejía y Alcibíades Díaz Aristizábal, la
construcción de una edificación educativa moderna en la Plazuela, con las
especificaciones del caso. La obra que se
realizó a los cuatro años de lucha continua y que ha tenido varias reformas y
ampliaciones acordes con las nuevas necesidades educativas, es la que disfrutan
hoy los adolescentes y jóvenes de la Colina del Viento.
Colegio Integrado
“María Inmaculada”, imagen reciente.
Personal Directivo
Se consignan a continuación, los nombres de los
rectores que han pasado por la administración del Colegio.
Del
Colegio de Varones “San Joaquín”: Presbítero Leonardo Montoya, 1958; Javier
Sánchez Carmona, 1963; Eleuterio Salazar, 1964-1965; y Margoth Londoño de
Calderón, 1966.
De
la Normal de Señoritas “María Inmaculada”: Elisa Echeverry, 1958; Estella
Echeverry, 1959-1960; Edelmira Montes de G., 1961-1962; Alba Lucía Osorio,
1963-1964; Margoth Londoño de Calderón, 1965; y Naydú García, 1966.
Del
Colegio Integrado “María Inmaculada”: Margoth Londoño de Calderón, 1967-1973;
Iván Tamayo García, 1973-1982; María Eugenia Espinoza, 1982-1988; Ferdinando
Palacio Ocampo, 1989-1990; y Blanca Nelly Rodríguez Pulgarín, 1991 –
Actualidad.
Secretarios (as)
Helia Orozco Jaramillo, 1959-1960; Hildebrando Rendón
Puerta, 1964-1968; Blanca Calle de Rendón, 1961-1969; Olga Rodríguez de B.,
1970; Fabio Vélez Correa, 1970; José Clareth Bonilla C., 1971; Rosa Margarita
Díaz Uribe, 1972-1978; Gustavo Acevedo M., 1979-1984; Adalberto Soto Llanos,
1984-1986; Gloria Nancy Marín C., 1986-1989; María Lucero Ardila, 1990-1992;
Adalberto Soto Llanos, 1992-1995; Luis Eduardo Cañas, 1995-1998; Doralba Cañas,
1998-2001; Lina María Gallo, 2001-2004; Alejandra Bedoya, 2004-2006; Esther
Lucía Arroyave, 2006 - Actualidad.
Personal Docente
Por las aulas de nuestro colegio, en sus distintas
etapas, han pasado los siguientes profesores: Desde 1962: Libia Rodríguez B., Edelmira Montes, Ana Elvia Giraldo,
Hernán Arcila, José Bedoya, Gilberto Gómez, Héctor Helí Orozco, Rafael
Castillo, Rodrigo Marín H., Fabiola Herrera L., Magaly López de Toro, Miriam
Ramírez S., Arsenia Chaura M., Rocío Rúa A., Libia Idárraga R., Aleyda Mejía
González y Fabio Vélez Correa. Desde
1968: Gilberto Mejía Pérez, Dignora Osorio, Otoniel Buitrago, Javier
Tabares, Dolly Carrillo, Elvia Giraldo, Alba Lucía Osorio, Ozziel Franco,
Gabriel González, María Helena González, Fernando Rivera S., María Sora Rivera,
Blanca Sulay Arias, Dignora Osorio, Bernardo Orozco, Alberto Arango, Helver
Acuña, Libardo Osorio, Sara Martínez de A., Miguel Vásquez (Catedrático),
Valerio Ramírez, Beatriz Campuzano, Aracelly Rendón, Gloria Inés Jaramillo,
Adiela Hincapié y María Leticia Soto A.
Desde 1977: José Giraldo, Dairo Duque, Danilo
Muriel O., Francisco Villada C., Pablo Emilio Montes, Adiela Quiceno T., Hugo
Echeverri, Luis Eduardo Restrepo S. y Hugo Orozco (Catedráticos de química y
física), Ceyra Camargo R., Gustavo Puerta V., Leonel Aguirre C., José Ómar
Alzate O., Germán Vélez C., Marta González de A., Guillermo Restrepo F.,
Apolinar Eugenio Giraldo S., María Yaneth Santa G., Hugo Valenzuela P., Sulay
Santa de A., Margoth Cortés de L., Marta Cecilia Giraldo de M., Hernán García
B., Lucero Mejía C., William Bonilla N. Benjamín Giraldo, Óscar Jaime Forero
(Prefecto de Disciplina, 1979), Marino Giraldo (Bibliotecario, 1979), Neftalí
Sánchez, Gabriela Arango, Lucía Chacón, Jorge Eduardo Vargas, Orlando Bermúdez
Mejía, Raúl Acevedo González, Luis Eduardo Calderón, David Cano, María del
Carmen Villada, José Uriel Castrillón Ruiz y Luis Humberto Flórez Gallego.
Desde 1979: Emilio Salazar Ríos, José
Alexander Valencia, Emilio Salazar Ríos, Gustavo Marín (Bibliotecario, 1981),
Leud Herrera E., María Eugenia Pinzón, Gloria Luz Villegas, Ricardo Sánchez
Franco, Óscar Agudelo F., Lesbia Carvajal R., Mario Humberto Flórez Gallego,
Luz Mery Marín Castañeda, Álvaro Merchán Correa, Sonia Carvajal G., Jorge
Hernán Castaño R., Alejandro Ávila P., María Doris Chica C., Luz Stella
Aranzazu M., Jorge Hernán Castaño R., Luis Alberto López Cardona, Héctor
Albeiro Ocampo Z., José Alexander Valencia G., Carlos Humberto Zapata A.,
Martha Bermúdez, José Asdrúbal Betancourth G., y Hernán Guillermo Arroyave F.
Desde 1991: José Horacio Castaño T., Gustavo
Duque S., Gloria Beatriz Lara G., Juan Eugenio Poveda J., Luz Irene Santamaría
G., Luis Eduardo Cañas A. (Secretario Auxiliar, 1992), Nicolás Fernando Acevedo
M., Idalba Duque V., Joaquín Emilio Naranjo H., Rubén Darío Osorio, Gloria
Esperanza Restrepo V., Luis Alberto Restrepo V., Esperanza Gallego G., Germán
Ocampo Correa, Doris Uribe, Silvio Rendón Q., Cruz Elena Gallego E., Martha
Liliana Giraldo S., Ruby Díaz Uribe, Nancy del Socorro Rendón M., Arnobia
Flórez C. y Socorro Sánchez V. (Aseadora), Gustavo Duque, Yaned Duque V., José
Antonio Cañas V., Jesús Virgilio González, Gustavo Hoyos Rave, Gladys Alzate
C., Jorge Ómar González, Luis Jaime López M., Luz Estella Álvarez Q., y Luz
Mélida Cardona.
Desde 1994: Clara Isabel Arroyave F.,
Carmenza Trejos, Ester Lucía Arroyave F., Libardo Antonio Villada M., María
Patricia Márquez V., Natalia Castellanos D., María Consuelo Díez Ch., Julialba
Ríos O., Lesmaida Ossa de A., Blanca Emma Alzate C., Gabriela Díez Ch.,
Dagoberto Álvarez R., Sandra Liliana Arango V., Adelma Inés López O., María
Enoe Ocampo E., Guillermo García A., Diana Patricia Acevedo O.
(Sico-orientadora, 1996), Rubén Darío Duque V., Carlos Alberto García O., Luz
Estella Morales V., Adriana Álvarez Q., y Emilsen Rendón Z.,
Nota:
Nuestros lectores sabrán dispensar los posibles nombres que se nos hayan pasado
por alto y el que no detallemos las fechas de ingreso de los docentes incluidos
en el listado.
Primera Promoción de Bachilleres
En el año de 1972, el Colegio Oficial “María
Inmaculada” se vistió de gala al poder entregar a la ciudadanía su primera
Promoción de Bachilleres, meta anhelada desde años atrás. Sobre la misma se
escribió en La Patria:
“Risaralda,
Caldas, Nov. 19 de 1972 (De Hildebrando Rendón Puerta). Después de numerosas
dificultades presentadas en años anteriores, por escasez de personal, locales
adecuados y otros obstáculos que serían largos de enumerar, presenta hoy
Risaralda, por intermedio de su Colegio Integrado “María Inmaculada”, la
Primera Promoción de Bachilleres 1972, integrada por alumnos que a través del
tiempo soportaron las múltiples inconveniencias, pero que gracias a su esfuerzo
personal, terminan sus estudios secundarios, primera etapa decorosa y que de
seguro estamos, darán pie a otras, que serán más numerosas.
A este acto han sido invitados, el
señor Gobernador del Depto, doctor Oscar Salazar Chávez, Jefe de Secundaria,
señor Efrén Cardona Ch.; Guillermo Eastman Mejía, quien en otras oportunidades
siendo parlamentario caldense, cumplió su prometido, auxiliando el plantel con
varias partidas para su dotación y funcionamiento. Se invitaron además otros
funcionarios de educación y los más prestantes elementos de la Sociedad
Risaraldita, sin distingos, por cuanto es un acto trascendental en el municipio
y a él entrarán todos los ciudadanos, porque cual más cuál menos, prestaron su
contingente para esta Primera Promoción de Bachilleres.
A La Patria, se suministró la lista
de los alumnos que terminan sus estudios: Walter de Jesús Arroyave Betancourth,
Gustavo de Jesús Cañas Cardona, Luis Gonzalo Carmona Castañeda, Óscar de Jesús
Díez Chalarca, Luis Fernando Duque Vanegas, Marino Giraldo Agudelo, Consuelo
del Socorro López Quiceno, Libardo de Jesús Montealegre Corrales, María Celmira
Ocampo Escobar, Lesmaida Ossa Valencia, María Mirian Santa Rendón y Martha
Lucrecia Vallejo Montoya.
Hoy en día, el Colegio Integrado
“María Inmaculada” se proyecta hacia el futuro con fuerza y dinamismo
incontenibles, buscando el adelanto cultural e intelectual de la juventud
risaraldita”.
Instituciones del Colegio Integrado
La década de los 70 fue de gran trascendencia
para el Colegio Integrado “María Inmaculada”, pues durante la misma hubo dos
instituciones que dieron realce a su nombre ante las autoridades educativas del
departamento y la población de Risaralda. Fueron ellas:
– Club de Ciencias “Francisco José
de Caldas”
Creado el día 28 de mayo de 1976,
en el Colegio Integrado “María Inmaculada”, como un medio de promoción de la
investigación y el conocimiento de la ciencia entre los estudiantes. Fue
conformado por alumnos de los distintos grados de bachillerato, amigos de la
investigación científica y contó con la siguiente Mesa Directiva:
Presidente,
Raúl Acevedo González; Vicepresidente, Edelberto Acevedo Santa; Secretario,
Germán Ocampo Correa; Tesorera, Adelma López Osorio; Fiscal, Cediel Ramírez
Amaya; Bibliotecario, Jorge Vélez Correa; Jefe de Prensa, Mario Usma Vanegas y
Coordinadores, los profesores Gustavo Puerta Vásquez y Fabio Vélez Correa.
En
el mes de octubre del mismo año, participó por primera vez en la Feria Regional
de la Ciencia (Novena Edición), organizada por la Oficina de Asuntos
Científicos de la Secretaría de Educación del Departamento, donde obtuvo dos
importantes premios, a saber:
Primer
Lugar en el área de Biología, por el trabajo “Plantas medicinales de Risaralda
– Caldas”, un cuidadoso y bien elaborado herbario de las matas empleadas por
los campesinos y gentes del pueblo para curar sus dolencias, con sus fichas
científicas y comentarios sobre las propiedades medicinales.
Escudo del Club de Ciencias (Diseño
de Fabio Vélez Correa y Mario Usma Vanegas).
Y,
Segundo Lugar en el área de Psicopedagogía, categoría Profesores, por el
trabajo “Periodismo Estudiantil”, presentado por los coordinadores del Club de
Ciencias “Francisco José de Caldas”, Fabio Vélez Correa y Gustavo Puerta
Vásquez. A propósito de estos dos triunfos, se escribió en la sección “Cosas
que pasan”, del diario La Patria (octubre 22 de 1976), el siguiente comentario
elogioso:
“Los
profesores del Colegio Oficial María Inmaculada del municipio de Risaralda
(Caldas) Fabio Vélez y Gustavo Puerta, dan ejemplo de iniciativa y de amor por
la difusión de las ideas. Con procedimientos rudimentarios pero con importante
contenido y claro estilo, han elaborado dos opúsculos que han titulado
“Periodismo Estudiantil”, el uno y “Plantas medicinales de Risaralda – Caldas”,
el otro. Meritoria labor la de los profesores Vélez y Puerta, que merece el
estímulo de las autoridades educativas del Departamento”.
A
raíz de los anteriores trabajos y como un estímulo a la labor investigativa y
pedagógica desplegada por el Club de Ciencias, éste fue distinguido con una
Mención Especial otorgada por la Gobernación de Caldas, a través de la
Secretaría de Educación, el día 27 de mayo de 1977.
Cabe
agregar que Ovidio Rincón, el periodista, dedicó uno de sus “Rincones” al Club
de Ciencias, ganador en la Feria de la Ciencia, resaltando su labor
investigativa. Leamos:
“Fabio
Vélez, Germán Ocampo, Gustavo Puerta, Javier Guevara, Mario Usma, Jorge Vélez y
Gabriel Vélez, todos ellos de Risaralda, la aldea homónima de una más vasta
región, de un valle y un río, han logrado los primeros puestos en la Feria de
la Ciencia, recientemente realizada en Manizales. Satisface el hecho, que viene
a ser una corroboración de las disciplinas científicas en que se ha
especializado el colegio de María Inmaculada. Y que permite algunas reflexiones
colaterales de importancia sociológica.
(…) Me siento comprometido
mentalmente con estos muchachos de mi pueblo. Ellos están buscando entre las
leyes físicas, ese camino de las verdades científicas, que nunca termina, que
siempre llama, que atrae y conserva. Quiera Dios que sigan pensando de tal
manera, y que continúen ratificando, con la preocupación mental que siempre ha
sido permanente tutela de mi aldea, la decisión de una vida distinta, más clara
y limpia de la que a nosotros, sus coterráneos, tocó padecer, viviéndola” (Ovidio Rincón, La Patria, martes,
octubre 25 de 1977).
En
la X Feria Deptal de la Ciencia, el Club de Ciencias logra obtener cinco
primeros lugares, con los trabajos presentados por sus integrantes, así:
–
“Hipertrofia Vegetal”, presentado por Germán Ocampo Correa, Primer Lugar del
Nivel A, en biología. Es sin duda, un trabajo muy original, donde su autor con
aguda visión, introduce una nueva clase de injerto que difiere de los
tradicionales. Es un proceso mediante el cual, a partir de tres o más plantas,
se logra que una de ellas, o sea la principal, reciba todos los recursos de
absorción del resto, permitiendo así que su crecimiento se haga más acelerado.
–
“Horno Solar”, presentado por Jorge Vélez y Javier Guevara, Primer Lugar del
Nivel A, en física. Mediante treinta y cinco espejos de tamaño pequeño y una
parábola construida de tríplex, así como los aditamentos indispensables de
oscilación improvisados, estos dos estudiantes elaboraron un horno solar, que
si bien no es original en su concepción, sí lo es en el abaratamiento de los
costos.
–
“Duplo del Cubo”, presentado por Mario Usma, Primer Lugar del Nivel A, en
matemáticas. Analítica y prácticamente, Mario Usma duplica el volumen del cubo,
con base en otro dado, problema que ha ocupado durante siglos a geómetras y
matemáticos del mundo.
–
“Etapas del proceso evolutivo del pollo”, presentado por Carlos Marín, Gustavo
Reyes y Gabriel Vélez, Primer Lugar del Nivel B, en el área de Ayudas
Educativas. Es el resultado de un paciente y concienzudo experimento, sobre las
fases evolutivas, comprendidas desde la fecundación y el nacimiento de un ave
de corral.
–
“Génesis de un pueblo… Risaralda”, presentado por Fabio Vélez Correa y Gustavo
Puerta Vásquez, Primer Lugar en Sociales, Nivel Profesores y Cuarto Puesto en
la Clasificación General de la Feria. El trabajo es un estudio del origen
antropológico, sociológico, religioso, genealógico y urbanístico del municipio.
En
1978 el Club de Ciencias participó en la Primera Semana Científica Integrada,
como se denominó a partir de ese año el evento científico, programado por la
Secretaría de Educación de Caldas, obteniendo los siguientes premios por sus
trabajos:
–
“Análisis de las Ternas Pitagóricas”, elaborado por Mario Usma. Primer Lugar en
Matemáticas, Nivel A. Es un estudio de las ecuaciones para hallar Ternas de
números que satisfagan la ecuación del Teorema de Pitágoras.
–
“Hipertrofia Vegetal, Segunda Parte”, de Germán Ocampo correa. Tercer Lugar,
biología, Nivel A.
En
la Segunda Semana Científica Integrada, 1979, los jóvenes Gabriel Vélez y
Gustavo Reyes, presentaron un trabajo mimeografiado: “Contacto étnico
chocoano”, en el cual enfocaron sus jornadas vividas, las entrevistas
realizadas con indígenas Embera y Vaunana; los estudios sobre sus hábitos
alimenticios, creencias religiosas y demás; como asimismo, sobre la vida de los
negros, una raza que se consume en el olvido y el abandono por parte de las
autoridades gubernamentales nacionales. Este trabajo obtuvo Mención de Honor en
el área de Sociales, Nivel A.
En
1980 se realizó la Tercera Semana Científica Integrada, durante la cual el Club
de Ciencias tuvo una brillante participación, con los siguientes trabajos:
–
“Máximo aprovechamiento hidroeléctrico sin afectar al medio”, desarrollado por
Gabriel Vélez, Primer Lugar, área Tecnología, Nivel A. Es un proyecto de una
central hidroeléctrica que evita el represamiento de los ríos, evitando el daño
ecológico que se suele presentar en estos casos.
–
“Biografía de un niño de hoy para un futuro mejor”, por Germán Ocampo Correa.
Primer Lugar en Psicopedagogía, Nivel Profesores. Un estudio del comportamiento
del niño antes del ingreso a la escuela y el conductismo en la misma.
–
“Estudio de las piedras y su utilización”, por Carlos Eduardo Acevedo y César
Abad. Mención de Honor en el área de Ayudas Educativas.
Durante
la Cuarta Semana Científica Integrada, efectuada en el año de 1981, se
presentaron dos trabajos:
–
“La Iberia, pasado aborigen que se esfuma”, realizado por Gabriel Vélez y Gustavo
Reyes. Mención de Honor, área Sociales, Nivel A. Estudio socio-económico de uno
de los pocos Resguardos indígenas que existen en Colombia, en el municipio de
Riosucio (Caldas)
–
“Plantas medicinales de La Iberia”, investigación efectuada por Carlos Eduardo
Acevedo y Jairo Herrera. Obtuvo el Tercer Lugar, área de biología, Nivel B.
Trabajo que incluyó un bien documentado herbario elaborado en esta región
indígena.
En
1982, Quinta Semana Científica Integrada, el Club de Ciencias de nuestro pueblo
se hizo presente con dos trabajos, así:
–
“Estudio sobre las aguas de Risaralda”, efectuado por Martha Elena Reyes y
Carlos Eduardo Acevedo. Ocupó el Primer Lugar en el área de Ecología, Nivel A.
Este trabajo hace un análisis del precario estado en que se encuentra este
precioso líquido en el municipio de Risaralda, por la carencia de un buen
acueducto y de un moderno sistema de tratamiento de aguas.
–
“Cómo armar esqueletos”, realizado por Gabriel Vélez. Trabajo que por su
novedad fue premiado con la Mención de Honor en el área de Ayudas Educativas,
nivel estudiantil.
Los
trabajos anteriores y los galardones obtenidos con los mismos, son un fiel
reflejo de lo que fue y la labor que desplegó el Club de Ciencias “Francisco
José de Caldas”, en el seno del Colegio Integrado “María Inmaculada”, una
entidad que levantó muy en alto la capacidad pedagógica, científica e
intelectual del colegio y de las juventudes de Risaralda, pero que por razones
de fuerza mayor, debió entrar en un receso operacional.
– Ediciones “Ideas”
Por la década de los Setenta
afloraron varios intentos periodísticos de alguna importancia en las
instituciones educativas de Risaralda. Uno de ellos, “Risaralda Educativo”,
surgió en el seno de la comunidad educativa de las escuelas “La Salle” y “Magdalena
Ortega”, con una proyección importantísima, pues su finalidad era la de
extender la semilla del conocimiento fuera de las aulas, hacia la población
adulta carente de una fuente de informaciones locales ágiles y adecuadas.
Le
siguió el primer intento periodístico del Colegio Integrado “María Inmaculada”,
“El Vocero”, polémico, informativo, y gestor de varias vocaciones
periodísticas, fue su director Álvaro Zuleta Cortés, estudiante del grado sexto
(once hoy en día). Su duración breve se vio compensada con el surgimiento de
“Ideas”, sin lugar a dudas uno de los intentos periodísticos más afortunados y
de mayor acogida y aceptación por parte de las gentes de Risaralda. “Ideas”
marcó una época por su espíritu dinámico, ágil, literario y, lo más importante,
por su afán de enseñar a las gentes los errores administrativos y las fallas
gubernamentales de las autoridades municipales, con miras a una corrección de
las mismas.
Lo
que inicialmente fue un periódico informativo y cultural, posteriormente se convirtió
en “Ediciones Ideas”, una institución sin par en la historia municipal
caldense. Un reducido pero dinámico número de jóvenes, apoyados en la
funcionalidad de un mimeógrafo eléctrico Rex Rothary, forjó casi una auténtica
empresa editorial (guardadas las proporciones), absorbiendo durante el año de
1977, lo mejor de la inspiración, la crítica constructiva, el humor y la
creación literaria locales, consignados en las obras a continuación detalladas
y que tuvieron amplia acogida dentro del público risaraldita y departamental:
- Periódico “Ideas”. Publicación quincenal de ocho
páginas, publicado entre 1976-1978 y que llegó hasta el Número 24, de carácter
informativo, crítico y literario.
- Serie “Ideas”. Trece folletos con un promedio de
36 páginas cada uno, que trataron los siguientes temas: “Una carta a García,
“Reflexiones sobre la Democracia”, “El Estudio”, “El Hombre”, “Grandes
Religiones”, “El Saber”, “Civismo”, “La Familia”, “Amor y Amistad”, “El
Trabajo”, “Las Vacaciones”, “Destilados Intelectuales”, y “La Navidad”.
- Libros publicados: Plantas
medicinales de Risaralda – Caldas,
de 100 páginas, compendio de una clasificación científica llevada a cabo por el
Club de Ciencias “Francisco José de Caldas”, luego de la recolección de
ejemplares en fincas de las distintas veredas del municipio.
Génesis de un pueblo… Risaralda, escrito por Fabio Vélez Correa y
Gustavo Puerta Vásquez, con ilustraciones de Javier Guevara, de 136 páginas y
que, como su título lo indica, es un estudio de la evolución antropológica y
cultural del municipio.
Albores de la ciencia futura, de 110 páginas, obra que recoge
los trabajos del Club de Ciencias “Francisco José de Caldas”: “Hipertrofia
vegetal”; “Horno Solar”; “El duplo del cubo”; y “Etapas del proceso evolutivo
del pollo”, presentados en la X Feria de la Ciencia.
Contacto étnico chocoano, escrito por Gabriel Vélez Correa
y Gustavo Reyes Duque, con ilustraciones de Javier Guevara, de 120 páginas,
producto de una excursión científica realizada por el Club de Ciencias “Francisco
José de Caldas”, a la región del Chocó, en 1979.
Los
jóvenes que por esa época emprendieron esta ardua y quijotesca labor, fueron:
Fabio Vélez C., director y diagramador; Gustavo Puerta V., subdirector e
impresor; Roberto Vélez C., jefe de redacción; Iván Tamayo G., asesor; y Javier
Guevara, el popular “Hur Delfín”, caricaturista e ilustrador. Con su traslado a
la ciudad de Manizales y su ingreso a la Universidad de Caldas, debieron
suspender esta valiosa empresa del intelecto, que propendió siempre por el
desarrollo espiritual del municipio.
Después
de “Ideas”, hubo un nuevo intento por revivir el periodismo en el colegio
local, con la publicación de “Ventana Cultural”, que tuvo poca duración.
Sobre
estos últimos periódicos se escribió un elogioso comentario en la columna
Culturales de la revista “Escenario”, diario La Patria, el 4 de mayo de 1984,
que dice así:
“Hubo
un lustro en la historia cívico–cultural de Risaralda, Caldas, en el cual una
modesta publicación mimeografiada titulada ‘Ideas’, mantuvo en alto las
manifestaciones intelectuales del pueblo.
El Periódico ‘Ideas’ circuló en ese
lapso, sin decaer en su presentación y en la exigencia de sus colaboradores.
Más tarde, el periódico como órgano de difusión del Colegio María Inmaculada,
se llamó ‘Ventana Cultural’, con otros colaboradores, en su mayoría profesores
y alumnos del colegio”.
– Banda de Músicos Estudiantil
En 1982, bajo la dirección de Fabio Oliveros, fue
creada la Banda de Músicos Estudiantil, dejando de ser municipal, y estando
integrada por estudiantes del Colegio Oficial María Inmaculada. Lo anterior
como parte del proceso musical del Plan Departamental de Bandas Estudiantiles,
promovido por el señor Hernán Bedoya Serna y la Secretaría de Educación del
Caldas.
Este
Plan organizó los Encuentros de Bandas a nivel Regional, para sacar las mejores
Bandas que representan al Departamento en los eventos nacionales. Ello ha
permitido que Caldas se convierta en una potencia musical en el país.
Directores: Fabio Oliveros, 1982; Alexander
Restrepo, 1984-1989; José Bersain González, 1991-2002; José Naín Montoya
Molina, 2003 – Hoy.
Premios: La Banda ha obtenido los
siguientes premios:
·
Primer
Puesto en la Final Departamental llevada a cabo en Aranzazu, en 1988.
·
Segundo
Lugar en el Concurso Nacional de Paipa, Boyacá, 1989.
·
Primer
Puesto en IV Concurso en San Pedro (Valle), 1990.
·
Primer
Puesto en La Vega, Cundinamarca.
Asimismo,
ha participado en algunos eventos del País, incluyendo la Feria de Manizales,
en 2002.
Nuestro
municipio ha sido sede de los Festivales Zonales de Occidente en 1984, 1990,
1992 y 2003. Su director actual es José Nain Montoya Molina.
En
esta forma se logra mantener su vigencia y queda en las gentes de Risaralda la
satisfacción de seguir contando con una Banda que a lo largo de ochenta años
(contando la Banda vieja que generó la Estudiantil), ha sido el motivo alegre y
festivo de sus reuniones cívicas y sociales comunitarias.
– Grupo Folclórico “Angaska”
Este
Grupo Folclórico, dirigido por la Licenciada y Especialista Gabriela Díez
Chalarca, lleva con orgullo en sus venas el arte de la danza. Surge en 1980,
cuando la docente Gabriela Díez incentiva a sus alumnos a participar en un
grupo de danzas, como medio para utilizar el tiempo libre y para
sensibilizarlos en el rescate de nuestra cultura autóctona.
Con
el paso de los años, el grupo recopila vestuario, algunos instrumentos y un
sitio en el corazón de las gentes de Risaralda. Y, lo más importante, por el
mismo pasan numerosos jóvenes que hoy en día son profesionales o ejercen cargos
importantes en el país y aun en el extranjero. Tiene su sede en el Colegio
María Inmaculada.
Participaron
en su fundación las siguientes personas: Ana Julia Ciro C., Ana María Bermúdez
A., Mary Luz Vélez A., Jhanet Alzate C., Gloria Nelcy Hincapié R., Luz Marina
Bermúdez, Ludivia Velásquez D., Sandra
Milena Acevedo L., Nancy Grajales V., Ana Cecilia Giraldo Q., Luz Adriana
Suárez B., Beatriz Corrales A., Acenet Acevedo P., Irma Erika Ramos R., Álvaro
García A., Miguel Arturo Ossa R., Luis Arturo Ossa E., Álvaro Zapata V., Hugo
Fernando Raigoza V., Juan Alberto franco, Javier Alberto Muñoz O., Carlos
Alberto Pulgarín E., Jorge Eliécer Bueno R., Luis Eduardo Valencia O., Jhon Jairo
Bueno O., Jorge Iván Zapata A., y Carlos Alberto Sepúlveda E.
El
Grupo Folclórico “Angaska” ha participado en varios eventos de carácter
departamental, a saber:
·
Encuentro
Departamental de Danza en 1982.
·
Primer
Concurso Estudiantil de Danza en Chinchiná, ocupando el Segundo Puesto con la
danza rumba “El chinchorro”.
·
Encuentro
de Danza CREA, en Riosucio, donde se clasifica a la segunda ronda en Supía, con
la danza de la Caña Brava.
·
Primer
Concurso de Danza de la Normal Nacional de Anserma, donde se ocupa el Primer
Puesto con una polka, “La Perestroika”.
·
Encuentro
de Danza Folclórica en las Fiestas del Regreso y de la Seda, Anserma (Caldas)
·
Encuentro
de Municipios. Instituto Caldense de Cultura.
·
Participación
en la celebración de Caldas Cien Años.
·
Participación
en las Fiestas de Viterbo.
·
Participación
en las Fiestas del Paisaje, en Belalcázar (Caldas)
·
Participación
en las Fiestas del Duende en el municipio de San José.
Dentro
de sus coreografías cabe destacar: Pasillos de salón, pasillo volia´o, vals, pasodoble,
porro, polka, rumbas, arriería, chotis, bambuco, cumbia y danzón. En 1994 el
Grupo Folclórico “Angaska” recibió la Condecoración Honor al Mérito por la Casa
de la Cultura Bernardo Arias Trujillo.
INSTITUTO “SAN JUAN BOSCO”
En 1989 se inicia el servicio de bachillerato nocturno
con la creación del Instituto San Juan Bosco que funcionó dentro de las
instalaciones del “María Inmaculada”, bajo la dirección de la dinámica
educadora Doris Uribe de Valencia. Ofrecía capacitación en secretariado
comercial, contabilidad e informática respondiendo a un vacío que existía en
este campo, y logró organizar varias sedes veredales que prestaban un gran
servicio a los campesinos. Por problemas de presupuesto debió cerrar sus
puertas a mediados del año 2000.
ESTABLECIMIENTOS EDUCATIVOS RURALES
Se incluyen a continuación los nombres de las escuelas
y las veredas en que se ubican, año 2001:
Escuela rural La Esmeralda, Vereda La Esmeralda.
Escuela Rural El Brillante, Vereda El Brillante. Escuela Rural Santander,
Caserío El Palo. Escuela Rural Quiebra de Varillas, Caserío Quiebra de
Varillas. Escuela Rural Antonia Santos, En El Vergel, Limones. Escuela Rural
Divino Niño, Vereda La Esperanza Baja. Escuela Rural La Patria. Vereda La
Patria. Colegio Quiebra de Santa Bárbara, Caserío Quiebra de Santa Bárbara.
Escuela Rural Alto de Arauca, Vereda Alto de Arauca. Escuela Rural La
Esperanza, Caserío La Esperanza. Escuela Rural Policarpa Salavarrieta, Vereda
Zurrumbí. Centro Educativo La Romelia, Vereda La Romelia. Centro Educativo
Santa Ana, Vereda Mediacuesta. Escuela Rural El Tablazo, Vereda El Tablazo.
Escuela Antonio José de Sucre, Vereda Guamito. Escuela La Trinidad, Vereda La
Trinidad. Centro Educativo La Pielroja, Vereda La Pielroja. Colegio Francisco
José de Caldas (postprimaria), Vereda Betania. Escuela Rural Guacaica, Vereda
Guacaica. Escuela Rural La Miranda, Vereda La Miranda. Escuela Rural La
Bohemia, Vereda La Bohemia. Escuela Rural Indígena Tamaniza, Resguardo La
Albania. Escuela Rural Rafael Pombo, Vereda Banderas. Escuela Rural Santa
Lucía, Vereda Montecristo. Escuela Rural Sagrado Corazón, Vereda Los Muros. Y
Escuela Rural El Cairo, Vereda El Cairo.
FUSIÓN DE LOS ESTABLECIMIENTOS
EDUCATIVOS
Con la reforma administrativa creada por el Ministerio
de Educación Nacional, que inició la C, a partir del 2002, el mapa educativo
del municipio sufrió un cambio y todos los establecimientos se repartieron en 4
(cuatro) grandes fusiones, que se incluyen a continuación:
– Institución Educativa María Inmaculada: Institución Educativa María
Inmaculada, Escuela La Salle y Escuela Magdalena Ortega.
– Centro Educativo Quiebra de Santa
Bárbara: Centro
Educativo Quiebra de Santa Bárbara, Escuela La Patria, Escuela Santa Lucía,
Escuela La Romelia, Escuela Alto Arauca y Escuela La Esmeralda.
– Institución Educativa Francisco
José de Caldas:
Institución Educativa Francisco José de Caldas, Escuela General Santander,
Escuela Sagrado Corazón, Escuela Divino Niño, Escuela Santa Ana, Escuela La
Trinidad, Escuela Antonia Santos, Escuela El Brillante, Escuela Rafael Pombo y
Escuela Antonio José Sucre.
– Centro Educativo El Cairo: Centro Educativo El Cairo,
Escuela El Tablazo, Escuela La Bohemia, Escuela La esperanza, Escuela La
Miranda, Escuela La Piel Roja, Escuela Quiebra de Varillas, Escuela Indígena
Tamaniza y Escuela Policarpa Salavarrieta.
Conclusiones
La reforma anterior facilitó la
administración educativa para el gobierno y rebajó el costo presupuestal para
el pago de rectores, directores y coordinadores. La parte negativa la sufrieron
los colegios y escuelas del país que perdieron su identidad institucional, su
historia y el alma intrínseca que iba de la mano con el desarrollo y evolución
de las localidades donde prestaban sus servicios.
Hoy
en día se habla de Instituciones Educativas que encierran en sus aulas desde el
niño de Jardín Preescolar, hasta el alumno de grado Once que se prepara para el
ingreso a la Educación Superior. Ya no se volverán a recordar las paredes
humildes de la vieja escuela donde el maestro enseñaba con su tiza, tablero y
conocimientos, y hacía gala de patriotismo, civismo y amor al entorno, en un
establecimiento que figuraba con nombre propio, tenía un escudo, un himno, una
bandera, las paredes engalanadas con las imágenes de los próceres patrios y
llevaba un Historial de sus pequeños aconteceres pedagógicos y humanos.
Son
las nuevas políticas de los gobiernos actuales, en aras de obtener un
rendimiento económico más acorde con sus finanzas, pero que vuelven fría,
distante y estadística la lucha de los educadores… y el estudiante ahí,
aprendiendo y formando parte de las nuevas pautas del gobierno para el cual
importan más los números y datos, que el espíritu de renovación que puede
surgir en los nuevos niños y jóvenes del país futuro.
FUENTES Y
BIBLIOGRAFÍA
·
Acta
de la Primera Visita practicada al Colegio Mixto “María Inmaculada” de
Risaralda Caldas, por la Inspección Departamental, Delegado del Ministerio de
Educación Nacional, durante los días 11 - 12 y 1 de Julio de 1967.
·
Archivo
Concentración “La Salle”.
·
Archivo
Escuela “Magdalena Ortega”.
·
Archivo
Municipal de Risaralda.
·
Decreto
Nº 24 de 1886. Publicado en el Diario Oficial. Bogotá domingo 20 de Junio de
1886.
·
Memorias
del Ministro de Instrucción Pública, años 1916, 1923, 1937 y 1968-1969. Bogotá.
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________.
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Cultural “Bernardo Arias Trujillo”.
* El poeta se refiere a César
Iturregui, actor español quien llegó a la aldea con uno de los tantos grupos
trashumantes de teatro españoles, y que, enamorado de Risaralda, decidió
quedarse allí, ejerciendo como maestro de primaria (F.V.C.).
* Parece
ser la famosa maestra que participara en la creación de numerosas escuelas en
veredas de Caldas y cuyo nombre ha sido dado a una Condecoración empleada por
el Gobierno Municipal de Manizales, como máximo estímulo para los educadores y las
instituciones educativas de la ciudad, por su trabajo
paciente y dinámico (F.V.C.).
* En 1940, Jorge
Eliécer Gaitán como Ministro de Educación hace un primer intento de
nacionalización de la escuela primaria, como respuesta a las graves
deficiencias en administración y competencias existentes entre el gobierno
nacional y los entes territoriales, pero su propuesta fue derrotada en el
Congreso Nacional y Gaitán renunció a su cargo (Jaramillo, 1989).