Libro presentado el 27 de septiembre de 2019, en el auditorio de la Biblioteca del Banco de La República, Manizales.
Ernesto Gutiérrez Arango fue
el hombre cívico por naturaleza, aquel ciudadano que no ahorró esfuerzos para
trabajar por su ciudad, por sembrar en ella las mejores semillas. Fue un
verdadero patriarca. Su paso por la
alcaldía de Manizales en dos oportunidades fue muy positivo. El progreso para
la ciudad se dinamizó, pero lo que es más importante para nuestra época, se
recuerdan las administraciones de Gutiérrez Arango como ejemplo del ejercicio
de cargos públicos. Transparencia, justicia y eficacia, fueron los motores de
su gestión oficial.
Si bien el nombre de Ernesto
Gutiérrez es recordado a lo largo y ancho del país como un ganadero de reses
bravas, su empeño humanista es el que más debería brillar. Empeño que lo llevó
a escribir varios libros sobre la colonización antioqueña, y que seguramente lo
impulsó a emprender la maratónica tarea de fundar una Universidad. Ya su paso
por la Universidad de Caldas, como decano de medicina y como rector, le habían
servido como experiencia muy positiva en el campo académico. Y por ello, el
gran legado que le deja a la ciudad es la Universidad Autónoma, centro de
pensamiento y de formación de profesionales para la región y el país, que día a
día se consolida como uno de los más importantes centros de educación superior.
En el mundo de los toros
también lució su nombre. Con reses de primera categoría
siempre llevó en alto la divisa de su ganadería.
Los indultos a los ejemplares más completos son el aval más
seguro y contundente de que en este campo también dejó su huella el doctor
Ernesto.
Luis Felipe Gómez
Restrepo